25 enero, 2006

Testimonio: El Terrorismo Internacional No Existe

Por el General Leonid Ivashov
22 de Enero de 2006
Rense.com

El General Leonid Ivashov era el Jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas rusas cuando ocurrieron los ataques del 11 de septiembre de 2001. Este militar, quién vivió los acontecimientos desde el interior, ofrece un análisis muy diferente al de sus colegas Norteamericanos. Tal cual hizo durante la conferencia del "Eje para la Paz 2005", ahora explica que no existe el terrorismo internacional y que los ataques del 11 de septiembre fueron el resultado de una maquinación. Lo que estamos viendo es una manipulación de las grande potencias; este terrorismo no existiría sin ellas. Él afirma que, en vez de falsificar una "guerra mundial al terror", la mejor manera de reducir esa clase de ataques está con el respeto por el derecho internacional y la cooperación pacífica entre los países y sus ciudadanos.

Como la situación internacional actual demuestra, el terrorismo emerge donde las contradicciones se acentúan, donde hay cambios de relaciones sociales o un cambio del régimen, donde hay inestabilidad política, económica o social, donde hay decadencia moral, donde triunfan el cinismo y el nihilismo, donde se legaliza el vicio y donde el crimen se expande.

Es la globalización la qué crea las condiciones para la aparición de estos fenómenos extremadamente peligrosos. Es en este contexto que se está diseñando el nuevo mapa geoestratégico del mundo, que los recursos del planeta se están redistribuyendo, que están desapareciendo las fronteras, que el derecho internacional se está rasgando en pedazos, que se borran las identidades culturales, que se empobrece la vida espiritual...

El análisis de la esencia del proceso del globalización, de las doctrinas militares y políticas de los Estados Unidos y de otros países, demuestra que el terrorismo contribuye a una dominación del mundo y a la sumisión de los estados a una oligarquía global. Esto significa que el terrorismo no es algo independiente de la política mundial sino simplemente un instrumento, el medio para instalar un mundo unipolar con un solo cuartel general, un pretexto para borrar las fronteras nacionales y para establecer las reglas de una nueva élite mundial. Es precisamente esta élite la que constituye la clave del terrorismo mundial, su ideologista y su "padrino". El blanco principal de la élite mundial es la realidad histórica, cultural, tradicional y natural; el existente sistema de relaciones entre los estados; el orden nacional y estatal de la civilización humana y de la identidad nacional del mundo.

El terrorismo internacional de hoy es un fenómeno que combina el uso del terror por las estructuras políticas estatales y no-estatales para lograr sus objetivos políticos a través de la intimidación de la población, la desestabilización psicológica y social, la eliminación de la resistencia de organizaciones poderosas y la creación de las condiciones apropiadas para la manipulación del comportamiento de las políticas de los países y de su población.

El terrorismo es un arma usada en un nuevo tipo de guerra. Al mismo tiempo, el terrorismo internacional, en complicidad con los medios, se convierte en el encargado de los procesos globales. Es precisamente la simbiosis entre los medios y el terror lo que permite modificar la política internacional y la realidad existente.

En este contexto, si analizamos qué sucedió el 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, podemos llegar las siguientes conclusiones:

1. Los organizadores de esos ataques fueron las esferas políticas y económicas interesadas en la desestabilización del orden mundial y quienes tienen los medios necesarios para financiar la operación. La concepción política de esta acción se maduró allí donde las tensiones emergieron en la administración financiera y otros tipos de recursos. Debemos buscar las razones de los ataques en la coincidencia de intereses de los grandes capitales en los niveles globales y transnacionales, en los círculos que no fueron satisfechos con el ritmo del proceso del globalización o de su dirección. A diferencia de las guerras tradicionales, cuya concepción es determinada por los generales y los políticos, los oligarcas y los políticos sometidos a este último son los que lo hicieron este vez.

2. Solamente los servicios secretos y sus jefes actuales -o aquellos retirados pero que todavía tienen influencia dentro de las organizaciones del estado- tienen la capacidad de planear, organizar y conducir una operación de tal magnitud. Generalmente, los servicios secretos crean, financian y controlan organizaciones extremistas. Sin la ayuda de los servicios secretos, estas organizaciones no pueden existir -además de realizar operaciones de tal magnitud dentro de países tan bien protegidos. Planear y realizar una operación en esta escala es extremadamente complejo.

3. Osama bin Laden y "Al Qaeda" no pueden ser los organizadores ni los ejecutantes de los ataques del 11 de septiembre. Ellos no poseen la organización, los recursos o los líderes necesarios. Así, un equipo de profesionales tuvo que ser creado y los kamikazes árabes son solo extras para enmascarar la operación. La operación del 11 de septiembre modificó el curso de los acontecimientos en el mundo hacia la dirección elegida por las mafias transnacionales y los oligarcas internacionales; es decir, los que esperan controlar los recursos naturales del planeta, la red de información del mundo y los flujos financieros. Esta operación también favoreció a la élite económica y política de los E.E.U.U. que también busca la dominación mundial.

El uso del término "terrorismo internacional" tiene las siguientes metas:

- Ocultar los verdaderos objetivos de las fuerzas desplegadas alrededor del mundo en la lucha por la dominación y el control;

- Voltear las demandas de la gente hacia una lucha con metas indefinidas contra un enemigo invisible;

- Destrucción de las normas internacionales básicas y cambiar conceptos como por ejemplo: agresión, terror del estado, dictadura o movimiento de la liberación nacional;

- Privar a la gente de su derecho legítimo de luchar contra las agresiones y de rechazar el trabajo de los servicios de inteligencia extranjera;

- Establecer el principio de renuncia a los intereses nacionales, transformando objetivos en el campo militar al dar prioridad a la guerra contra el terrorismo, violando la lógica de las alianzas militares para el detrimento de una defensa común y favorecer la coalición antiterrorista;

- Solucionar problemas económicos a través de un duro control militar usando la guerra contra el terrorismo como pretexto.


Para luchar de una manera eficiente contra el terrorismo internacional es necesario tomar las medidas siguientes:

- Confirmar ante la Asamblea General de la O.N.U. los principios de la carta de la O.N.U. y el derecho internacional como principios que todos los estados se obliguen a respetar;

- Crear una organización geo-estratégica (quizás inspirado en la Organización de Cooperación de Shangai compuesta por Rusia, China, Kazakhstán, Uzbekistán, Kyrgyzstán y Tajikistán) con un sistema de valores diferentes al de los Atlantistas; para diseñar una estrategia de desarrollo de los estados, de un sistema de seguridad internacional, de otro modelo financiero y económico (lo que significaría que el mundo se reclinaría otra vez sobre dos pilares);

- Asociar (bajo las Naciones Unidas) a las élites científicas en el diseño y la promoción de los conceptos filosóficos del Ser Humano del siglo XXI.

- Organizar la interacción de todas las denominaciones religiosas en el mundo, a nombre de la estabilidad del desarrollo de la humanidad, de la seguridad y de la ayuda mutua.


General Leonid Ivashov

El General Leonid Ivashov es Vicepresidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos. Fue Jefe del Departamento para los Asuntos Generales en el Ministerio de Defensa de la Unión Soviética, Secretario del Consejo de los Ministros de Defensa de la Comunidad de Estados Independientes (CIS), Jefe del Departamento Militar de Cooperación en el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa y Jefe del Estado Mayor Conjunto de los Ejércitos Rusos.


[Traducción de Mr. Shang]

23 enero, 2006

La Guerra a Través de los Ojos de los Niños

Las guerras son eventos que los adultos serios y bien educados entendemos como necesarias, trascendentes o inevitables y prueba de ellos es la continuidad del fenómeno de la guerra en todo este mundo año tras año, década tras década, afectando a tantos inocentes. Aquí les ofrezco un pequeño compilado de dibujos sobre lo que los inocentes ven.

Lo que sus manos pintan lleno de colores no debiese ser más que una mancha oscura, que es el luto que les ofrecemos a los niños con nuestra indiferencia de adultos. Los culpables somos nosotros... Sí, Usted y Yo, por nuestra pobreza y debilidad de espíritu, pues estamos ametrallando la inocencia de los niños todos los días y en todas partes y no nos importa, podemos permitir cualquier atrocidad en los "otros" pues tenemos un EGO al cual atender primero. Además, qué nos puede interesar la inocencia de otros si ya perdimos la nuestra...

Darfur, Sudán

Leila, 9 años
HRW: Qué sucede aquí?
Leila: Mi cabaña en llamas después que la alcanzó una bomba.
HRW: Y aquí?
Leila: Es una mujer. Está muerta.
HRW: Por qué su cara es roja?
Leila: Oh, porque le dispararon en la cara.
HRW: Qué es ese vehículos? Quién es ese de verde?
Leila: Eso es un tanque. El hombre de verde es un soldado.



Musa, 15 años
Musa hizo este dibujo de Antonovs bombardeando su poblado. Sus padres y todos sus hermanos murieron. Su tío contó la historia de la familia:

"Fue el 6 de julio de 2003. A las 6 AM. los soldados del gobierno sudanés y la Janjaweed (milicia) llegaron en autos, tanques, camellos y a pié. Había tres de nuestros poblados en el área con una población de mas o menos 1.200 personas. Asesinaron a hombres, mujeres y niños -algunos con bombas y otros con disparos. Algunos escaparon. Todo nuestro ganado, pertenencias y propiedades fueron robados. El poblado fue quemado... "




Taha, 13 ó 14 años
"En la larde regresamos de la escuela y vimos los aviones. Todos estabamos mirando sin imaginarnos el bombardeo. Entonces espezaron a bombardear. La primera bomba [cayó] en nuestro jardín, entonces cuatro bombas mas en el jardín. La bomba mato a seis personas, incluido un niño, un niño en brazos de su madre y una niña. En otro lugar en el jardín una mujer llevaba a su bebé, la mujer fue muerta, su hijo no. Ahora mis noches son difíciles porque siento miedo. Quedamos sin hogar. No puedo olvidar las malas imágenes de las casas quemándose y el escapar de noche porque nuestro poblado se quemaba..."



Jamil, 12 años
"Los Janjaweed llegaron en camellos y caballos. A veces dos en un camello, con armas. Muchos soldados, con armas. Este con una ametralladora. Ellos nos disparaban."...



Mahmoud, 13 años
HRW: Qué sucede aquí?
Mahmoud: Estos hombres de verde están llevándose a las mujeres y a las niñas.
HRW: Qué están haciendo?
Mahmoud: Están forzándolas a ser sus esposas.
HRW: Qué sucede aquí?
Mahmoud: Las casas están quemándose.
HRW: Qué está sucediendo aquí?
Mahmoud: Este es un Antonov. Este es un helicóptero. Estos aquí, al final de la páginas, son personas muertas.




Chechenia

Sin comentarios.





Vietnam

Dibujos de Niños. Museo de Restos de Guerra, Ho Chi Minh City.




Esto es solo una pequeña sombra de lo que los niños del mundo sufren por la indifererncia de quienes se suponen deben protegerlos. Todo parte de la indiferencia y por supuesto de la necesidad tan humana y tan cotidiana de cumplir con el "Yo necesito, Yo quiero, Yo primero".

19 enero, 2006

Libro: La Gran Impostura, Cap. 7

Estimados lectores, sin duda comprender el amplio espectro de significado que tiene el término "Nuevo Orden Mundial" es algo complejo para una persona común que vive diariamente problemas comunes, eso es comprensible. Pienso que esa cortina de humo que no nos permite ver ni menos comprender es la mejor arma que se puede usar para mantener a las personas en la ignorancia sobre estos temas. Por consiguiente aquí estoy otra vez intentando abrir una pequeña rendija de luz, apoyado esta vez en el libro La Gran Impostura de Thierry Meyssan (Ed. El Ateneo, 2002) sobre los hechos acontecidos en EEUU el 11 de septiembre de 2001.

Particularmente este capítulo nos introduce en las razones por las cuales verdaderamente no entendemos los sucesos de ese día. Entender cuesta tanto por buenas razones, principalmente porque se planificó así.

Capítulo 7

Plenos poderes


En la madrugada del 14 de septiembre el Congreso de Estados Unidos autoriza al presidente George W. Bush a recurrir a "toda la fuerza necesaria y apropiada contra todo Estado, organización o persona que se haya confirmado que ha preparado, autorizado, ejecutado o facilitado los ataques terroristas que se produjeron el 11 de septiembre de 2001, o que ha dado asilo a tales organizaciones o tales personas, con el fin de prevenir cualquier futuro acto de terrorismo internacional contra Estados Unidos, organizaciones o personas".

Esta resolución conjunta de ambas cámaras se adopta casi sin debate, por unanimidad menos un voto, el de la diputada demócrata de California, Barbara Lee. Su redacción concede toda la libertad al presidente Bush para luchar contra las organizaciones terroristas no gubernamentales, pero los "poderes de urgencia" no son exactamente "poderes de guerra".

George W. Bush sigue obligado a informar al Congreso antes de desencadenar hostilidades contra otro Estado.

Para llevar a cabo las primeras acciones, el presidente Bush solicita al Congreso un crédito especial de 20.000 millones de dólares. En un hermoso impulso patriótico, ambas cámaras duplican la cantidad y votan al cabo de cinco horas de debate un crédito de... 40.000 millones de dólares.

Por otra parte, el presidente Bush autoriza la movilización de 50.000 reservistas como máximo. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, llama de inmediato a 35.500 reservistas (10.000 para el Ejército, 13.000 para la Fuerza Aérea, 3.000 para la Marina, 7.500 para los Marines y 2.000 para los Guardacostas). La movilización anterior es la de la Guerra del Golfo. Esta implicó a un número de soldados cinco veces superior, porque se trataba de reunir a una poderosa fuerza.

George W. Bush pronuncia un importante discurso ante el Congreso, reunido en sesión plenaria, el 20 de septiembre. Está acompañado por varias personalidades, entre las que se encuentra el Primer Ministro británico, Tony Blair. En esta ocasión, señala por fin de forma oficial a Osama Bin Laden y a su organización como los responsables de los atentados y lanza un ultimátum al régimen talibán: "Entregad a las autoridades
norteamericanas a todos los dirigentes de Al Qaeda que se esconden en vuestro territorio. Liberad a todos los ciudadanos extranjeros, incluidos los ciudadanos norteamericanos, a los que habéis encarcelado injustamente y proteged a los periodistas, los diplomáticos y los trabajadores extranjeros en vuestro país. Cerrad de inmediato y de forma permanente todos los campos de entrenamiento terrorista en Afganistán y entregad a las autoridades competentes a los terroristas y a todas las personas que forman parte de la estructura de apoyo. Estas exigencias no están sujetas a negociación o discusión. Los talibanes deben actuar, y hacerlo de inmediato. Tienen que entregar a los terroristas, o compartirán su suerte".

Sobre todo, anuncia la creación de una OHS (Office of Homeland Security/Oficina de Seguridad Interior) con rango ministerial y bajo su mando directo. Este nuevo organismo "dirigirá, supervisará y coordinará una estrategia nacional conjunta con vistas a defender nuestro país frente al terrorismo y reaccionar ante cualquier eventual ataque". El Presidente anuncia sobre la marcha que nombra al ex marine y gobernador de Pensilvania, Tom Ridge, al frente de esta Oficina.

Como continuación de estas medidas, la Administración Bush adopta varias decisiones para reforzar el secreto de Defensa. Desde el día siguiente a los atentados, el 12 de septiembre, el secretario Rumsfeld declaró en su conferencia de prensa en el Pentágono: "Me parece importante subrayar que cuando los datos procedentes de la información se ponen a disposición de personas que no tienen la idoneidad para procesarlos correctamente, la consecuencia es que se reducen las posibilidades que el Gobierno de Estados Unidos tiene de identificar y juzgar a las personas que han perpetrado los ataques contra Estados Unidos y que han matado a tantos norteamericanos. En segundo lugar, cuando se suministra información reservada sobre las operaciones a personas que no han recibido la habilitación para este tipo de información, la consecuencia obligada es que se pone en peligro la vida de hombres y mujeres de uniforme, ya que estos son los que llevarán a cabo esas futuras operaciones".

Cuando los periodistas le preguntaron, el 25 de septiembre, si tenía la intención de mentir para guardar secretos, Rumsfeld respondió que, personalmente, era lo bastante hábil para actuar de otro modo, pero que sus colaboradores se las arreglaran como pudieran:

Secretario de Defensa: "Evidentemente, eso recuerda la famosa expresión de Winston Churchill que declaró —pero no me cite, ¿eh? No quiero ser citado, por tanto no me cite— que la verdad, a veces, es tan valiosa que debe ir acompañada por un guardaespaldas de mentiras —hablaba de la fecha y del lugar del desembarco—. "Y de hecho, se esforzaron no sólo por no hablar de la fecha del desembarco en Normandía, ni del lugar, ni de saber si sería en la bahía de Normandía o al norte de Bélgica, y se pusieron a sembrar la confusión entre los alemanes respecto a saber si eso se produciría. Y tenían a un ejército ficticio al mando de Patton y cosas por el estilo. Eso pertenece a la historia y hablo de ello como de un contexto (...) No recuerdo haberle mentido nunca a la prensa, no tengo la intención de hacerlo, y no me parece que fuera justificable. Existen decenas de maneras de evitar estar en situaciones en las que se tenga que mentir. Y yo no lo hago."

Periodista: "¿Y eso es válido para todo el mundo en el Departamento?"

Secretario de Defensa: "Bromea, supongo" (risas).


El 2 de octubre el subsecretario de Defensa, Pete Aldridge Jr., dirige un mensaje a todos los proveedores de armas. Les indica que el secreto de Defensa se amplía a sus actividades comerciales, teniendo en cuenta que datos aparentemente anodinos pueden revelar muchas cosas sobre las actividades e intenciones del Departamento de Defensa. Así pues, a partir de entonces se impone la discreción a los civiles.

El 4 de octubre, la directora de compras de la Fuerza Aérea, Darlene Druyun, envía un correo electrónico a todos los proveedores de esa fuerza para ampliar la carta de Aldridge. Prohíbe a todos los proveedores hablar con los periodistas, así como hablar de los contratos en curso de negociación y de los ya firmados y públicos. La prohibición es válida tanto en Estados Unidos como en todos los países extranjeros donde los proveedores pueden participar en ferias y coloquios sobre armamento.

El 5 de octubre el presidente Bush, violando la Constitución, ordena a varios miembros de su gabinete que dejen de transmitir información a los parlamentarios (cf. Anexos). El 18 de octubre, el secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, envía una nota a todos los jefes de oficina de su ministerio para que se difunda a todo el personal. Escribe: "Es vital que los agentes del Departamento de Defensa (DOD), así como las personas que proceden de otras organizaciones que colaboren con el DOD, sean muy prudentes en sus conversaciones sobre las actividades del DOD cualquiera que sean sus responsabilidades. Que no mantengan ninguna conversación relativa a sus actividades profesionales en espacios abiertos, en lugares públicos, durante sus desplazamientos entre su domicilio y el trabajo, o incluso por medios electrónicos no seguros. La información de carácter confidencial será tratada exclusivamente en los lugares previstos al efecto y con personas que dispongan a la vez de una razón específica para acceder a la información y de una habilitación de seguridad ad hoc.

"La información no confidencial debe ser objeto de una protección idéntica desde el momento en que pueda ser confirmada para conducir a conclusiones de carácter sensible. La mayor parte de la información utilizada en el marco de las misiones del DOD será sustraída (sic) del dominio público en razón de su carácter sensible. En caso de duda, absténgase de difundir o discutir la información oficial, salvo en el seno del DOD."

Simultáneamente, las autoridades federales toman medidas para garantizar el secreto de la investigación sobre los atentados. El 11 de septiembre, el FBI solicita a las compañías aéreas que no se pongan en contacto con la prensa. No obstante, su testimonio permitiría aclarar la ausencia de pasajeros de los aviones, así como la ausencia de los nombres de los piratas aéreos en las listas de pasajeros. Esa misma noche, el FBI espera en su domicilio a los hermanos Jules y Gédéon Naudet, que estaban en Manhattan durante las colisiones. Confisca las cinco horas de grabación de video realizadas por los dos periodistas en el interior de las torres y en las plazas. Sólo les son devueltos seis minutos de grabación, correspondientes a la colisión del primer avión. Este documento, que podría ayudar a comprender el desmoronamiento del World Trade Center, está precintado. El FBI solicita asimismo a la empresa Odigo que no se ponga en contacto con la prensa. Sin embargo, sería interesante conocer el contenido exacto del mensaje de alerta recibido y las medidas tomadas para limitar el número de personas en las Torres.

Igualmente, la autoridad militar prohíbe todo contacto entre su personal implicado y la prensa. Los periodistas no pueden por lo tanto ni preguntar a los pilotos de caza, ni al personal de base de Barksdale y Offutt. En cuanto a la asociación de abogados Norteamericanos, consciente de que los procesos por daños y perjuicios constituirán nuevas oportunidades para que se hagan públicos secretos de Estado, anuncia que excluirá de la abogacía a todo jurista que intente iniciar un proceso en nombre de las familias de las víctimas. Esta prohibición se anuncia sólo por seis meses: a partir de ese momento los peritajes ya no serán posibles.

El presidente George W. Bush se pone personalmente en contacto con los líderes del Congreso para solicitarles que "no pongan en peligro la seguridad nacional creando una comisión de investigación sobre los acontecimientos del 11 de septiembre". Para protegerse, así como para dar vuelta la página, los parlamentarios deciden crear una comisión de investigación conjunta de las dos cámaras... sobre las medidas tomadas después del 11 de septiembre para prevenir otras acciones terroristas.

El 10 de octubre, la consejera nacional de seguridad, Condoleezza Rice, convoca a la Casa Blanca a los directores de las grandes cadenas de televisión (ABC, CBS, CNN, Fox, Fox News, MSNBC y NBC) para apelar a su sentido de la responsabilidad. Aunque la libertad de expresión sigue siendo la norma, se invita a los periodistas a ejercer por sí mismos un "juicio editorial" sobre la información y abstenerse de difundir cualquier dato que pudiera perjudicar la seguridad del pueblo norteamericano.

Toda la prensa escrita recibe el mensaje. Inmediatamente, Ron Gutting (redactor jefe del City Sun) y Dan Guthrie (redactor jefe del Daily Courier), que se habían atrevido a criticar la línea de Bush, son despedidos.

"El Pravda y el Izvestia de la ex Unión Soviética habrían tenido dificultades para superar a los medios de comunicación norteamericanos en su servidumbre a la agenda oficial (...) Han abandonado la noción de objetividad o incluso la idea de proponer un espacio público donde los problemas sean discutidos y debatidos. (...) Es un escándalo que pone en evidencia la existencia de un sistema de propaganda, que no es el de los medios de comunicación serios, esenciales en una sociedad democrática", comenta Edward Herman, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Pensilvania.

Por último, tras tres semanas de debates, el Congreso adopta la Uniting and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism Act (cuyo acrónimo es US PATRIOT Act). Esta ley de excepción suspende varias libertades fundamentales durante un período de cuatro años con el objeto de proporcionar a la Administración los medios para luchar con eficacia contra el terrorismo. No se le escapa a nadie que la duración de cuatro años cubre la totalidad del mandato de George W. Bush, incluido el período electoral para su reelección. Reprime a los "terroristas y a los que los apoyan", según una definición muy amplia.

De ese modo, la colecta de fondos para apoyar a las familias de los militantes del IRA encarcelados en el Reino Unido se convierte en un crimen federal. La duración de la prisión preventiva de los extranjeros sospechosos de terrorismo se amplía a una semana. Por otra parte (cualquiera que sea el motivo, incluso sin estar vinculados a la sospecha de terrorismo), se puede incomunicar a los sospechosos durante un período de seis meses, renovable sin límites si el fiscal general estima que su puesta en libertad "puede amenazar la seguridad nacional o la de la sociedad o la de una persona". De inmediato, se detiene a 1.200 inmigrantes por un período indeterminado con cargos de inculpación secretos. Los agentes consulares extranjeros denuncian la violación de los derechos fundamentales de sus ciudadanos a instancias del cónsul general de Pakistán en Nueva York, que declara: "En la mayoría de los casos no tenemos ni la identidad, ni el lugar de la detención de nuestros ciudadanos. Se dignan como mucho a darnos su nombre (...) Las autoridades también los presionan para que no hagan uso de sus derechos de ponerse en contacto con sus representaciones consulares o abogados. Es absolutamente inadmisible".

Por último, la US PATRIOT Act permite al FBI interceptar las comunicaciones sin la orden de un magistrado. Esta medida es aplicable a las comunicaciones intercambiadas por ciudadanos extranjeros entre países extranjeros, pero que transitan por el territorio norteamericano a través de Internet.

El 31 de octubre el Departamento de Justicia suspende el derecho de las personas en situación de prisión preventiva o detenidas a conversar a solas con su abogado. A partir de ese momento, estos encuentros pueden ser espiados y grabados, y sus declaraciones utilizadas en contra de los sospechosos, lo que elimina toda posibilidad para el cliente y el abogado de elaborar conjuntamente una estrategia de defensa.

El 13 de noviembre, el presidente Bush decreta que los extranjeros "sospechosos de terrorismo" —lo que incluye "a los miembros y ex miembros de Al Qaeda" y a las personas que los hayan ayudado (incluso sin saberlo) a conspirar en vistas a cometer atentados (incluso no realizados)— no serán juzgados por tribunales federales, ni siquiera por tribunales militares, sino por comisiones militares. Estas comisiones serán compuestas discrecionalmente por el secretario de Defensa y ellas mismas establecerán su código de procedimiento. Sus sesiones podrán mantenerse a puerta cerrada. Los "procuradores militares" no tendrán que comunicar a los detenidos y sus defensores las "pruebas" de las que dispongan. Tomarán sus decisiones por
mayoría de los dos tercios (y no por unanimidad, como exige la norma internacional en materia criminal).

Ese mismo día, el Departamento de Justicia detiene a 5.000 sospechosos originarios del Cercano Oriente, casi todos en situación regular y que no habían cometido ninguna infracción, para "interrogarlos".

Apoyándose en el Comité Antiterrorista creado en virtud de la resolución 1373 (28 de septiembre) de Naciones Unidas, el Departamento de Estado ordena a sus aliados a través de la ONU que se adopten legislaciones similares. Hoy en día, 55 países (Francia incluida, a través de la "ley sobre la seguridad cotidiana") han trasladado al derecho interno algunas disposiciones de la US PATRIOT Act. Su objetivo no es proteger a las poblaciones locales del terrorismo, sino permitir a los servicios de policía estadounidenses ampliar sus actividades en el resto del mundo. Se trata esencialmente de prolongar los plazos de prisión preventiva en temas de terrorismo, limitar la libertad de la prensa y autorizar las intercepciones de comunicaciones por parte de las fuerzas de seguridad sin control judicial. En el Reino Unido la ley antiterrorista autoriza la detención de sospechosos extranjeros sin ninguna instrucción, violando la Convención Europea de Derechos Humanos. En Canadá la ley antiterrorista obliga a los periodistas a entregar sus fuentes por requerimiento judicial, so pena de encarcelación inmediata. En Alemania los servicios de información se atribuyen poderes de policía judicial para transformarse en policía política. En Italia los servicios secretos están autorizados a cometer todo tipo de delitos en el territorio nacional en favor de la defensa nacional y no tienen que rendir cuentas a la justicia, etcétera. En definitiva, el secretario de Estado, Colin Powell, va a Europa para asegurarse de que en adelante las policías nacionales podrán transmitir sin formalidades la información que poseen al FBI y para instalar una antena del FBI en los locales de la Europol.

* * *

"Desde el 11 de septiembre el Gobierno ha hecho votar leyes, adoptar políticas y procedimientos que no están de acuerdo con nuestras leyes y valores establecidos y que habrían sido impensables antes", escribe la prestigiosa The New York Review of Books. Exaltando su mística patriótica, el país de la libre expresión y de la transparencia política se ha replegado sobre una concepción extensiva de la razón de Estado y del secreto de Defensa aplicable a todos los sectores de la sociedad.

La versión oficial de los acontecimientos del 11 de septiembre no permite justificar semejante hito. Aunque los enemigos sean unos miserables escondidos en las cuevas de Afganistán, ¿por qué temer las conversaciones entre colegas en el recinto del Pentágono? ¿Cómo imaginar que un puñado de terroristas pueda recoger y procesar información dispersa sobre la compra de armamento y deducir los planes del ejército de Estados Unidos? ¿Por qué suspender el funcionamiento normal de las instituciones y privar a los parlamentarios, incluso a puerta cerrada, de la información indispensable para la vida democrática?

Y si la versión oficial, la que dice que los atentados fueron perpetrados por terroristas extranjeros, es cierta, ¿por qué impedir toda investigación del Congreso y toda investigación de la prensa?

¿No se trata más bien de un cambio de régimen político programado bastante antes del 11 de septiembre? En varias ocasiones desde hace medio siglo, la CIA intentó que se adoptara una ley que prohibiera a la prensa tocar los asuntos de Estado y criminalizar a los funcionarios y periodistas que los revelaran. En noviembre de 2000, el muy reaccionario senador Richard Shelby, que presidía entonces la Comisión Senatorial de la Información, hizo que se votara una Ley sobre el Secreto (Oficial Secrecy Act) a la que el presidente Bill Clinton opuso su veto. Richard Shelby reiteró la maniobra en agosto de 2001, en espera de una mejor acogida por parte del presidente Bush. Se discutía la propuesta de ley cuando se produjeron los atentados, y se incorporó parcialmente a la Ley sobre la Información (Intelligence Act) del 13 de diciembre de 2001. Seguidamente el fiscal general John Ashcroft creó una unidad especial encargada de evaluar los medios para poner remedio a la fuga de información clasificada. Esta emitirá un informe al cabo de seis meses. A partir de ese momento se limpiaron muchos sitios oficiales en Internet: se ha retirado mucha información pública con la excusa de que su consulta podría ayudar a los "terroristas" a deducir información secreta.

Después de neutralizar a la justicia, las comisiones de investigación del Congreso y la prensa, es decir, a todos los contrapoderes, el Ejecutivo se ha dotado de nuevas estructuras que le permitirán ampliar a la política interior los métodos ya probados por la CIA y las Fuerzas Armadas en el exterior.

La creación de la OHS (Oficina de Seguridad Interior), anunciada por el presidente Bush en el Congreso el 20 de septiembre, no se produjo hasta el 8 de octubre. No se trata de una medida circunstancial, sino de una profunda reforma del aparato de Estado norteamericano. De ahora en adelante, la Administración distinguirá seguridad interior y exterior. El director de la OHS (Tom Ridge) será el igual de la consejera nacional de seguridad (Condoleezza Rice). Cada uno presidirá un consejo: el Council of Homeland Security (Consejo de Seguridad Interior) y el National Security Council (Consejo Nacional de Seguridad) respectivamente. Se pueden comprobar sus distintas competencias en muchos campos. El presidente Bush también ha nombrado a un consejero nacional de seguridad adjunto encargado de la lucha antiterrorista que, aunque depende de Condoleezza Rice, deberá estar a disposición de Tom Ridge. Este puesto bisagra fue confiado al general Wayne A. Downing, poseedor de un perfil particularmente fuerte. Downing fue, entre otros, el jefe de las operaciones especiales de la red stay-behind. Garantizará la relación entre los Consejos y la Oficina para la Influencia Estratégica, encargada de manipular a la opinión pública y los gobiernos extranjeros.

La Oficina de Seguridad Interior posee amplios poderes de coordinación que podrán evolucionar con el tiempo. Es difícil decir si tendrá un papel comparable al de la Oficina de Movilización de Guerra (OWM) durante la Segunda Guerra Mundial, o al de la actual Oficina de Política Nacional de Control de la Droga (ONDCP), que supervisa las operaciones militares en Latinoamérica. En cualquier caso, se asiste a una usurpación de la vida civil por parte de los militares y las agencias de información.

"Los historiadores recordarán que entre noviembre de 2001 y febrero de 2002, la democracia —tal como había sido imaginada por los redactores de la Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos— ha muerto. Al expirar la democracia ha nacido el Estado fascista y teocrático norteamericano", comentan dos grandes periodistas, John Stanton y Wayne Madsen.

17 enero, 2006

Documento: Las Intenciones del Tio Sam

A continuación les ofrezco un extracto del documento "Las intenciones del tio Sam" de Noam Chomsky, particularmente interesante por las aluciones a nuestra situación latinoamericana. El documento completo puede ser encontrado en forma gratuita en formato pdf.

...

Nuestro compromiso con la democracia

En casi todos los documentos de alto nivel, los planificadores de la política norteamericana insisten en que la primera amenaza para el nuevo orden mundial es el nacionalismo del Tercer Mundo, a veces denominado «ultranacionalismo»: los regímenes nacionalistas que son receptivos «a las demandas populares para mejorar los bajos niveles de calidad de vida de las masas» y destinar la producción a satisfacer las necesidades domésticas.

los principales objetivos son, pues, no se cansan de repetir, evitar que estos elementos «ultranacionalistas» lleguen al poder, o si por «casualidad» han llegado a él, desplazarlos e instalar en su lugar gobiernos que favorezcan las inversiones privadas de capital doméstico o internacional, la producción destinada a la exportación y el derecho a sacar los beneficios del país. (Estos objetivos están siempre presentes en los documentos secretos. Para los políticos son como el aire que respiran).

La oposición a la democracia y a las reformas sociales no son muy populares en el país de destino. No se pueden forjar alianzas con grandes sectores de la población, excepto con los pequeños grupos que están directamente involucrados con sociedades mercantiles norteamericanas o con los beneficios.

EEUU confía en la fuerza y establece alianzas con los militares, «los menos antinorteamericanos de cualquier grupo político de toda América latina», como escribieron los asesores de Kennedy, de manera que se puede confiar en ellos para aplastar a cualquier grupo indígena que se desmande.

Se puede tolerar alguna reforma social, como en Costa Rica por ejemplo, sólo si se suprimen los derechos laborales y si se preserva un clima favorable a las inversiones extranjeras. De esta manera al Gobierno de Costa Rica se le ha permitido llevar a cabo ciertas reformas sociales, respetando estos dos cruciales imperativos.

Otro problema incansablemente repetido en los documentos secretos es el excesivo liberalismo de los países del Tercer Mundo. (Esto constituye un verdadero problema en América latina, donde los gobiernos no están suficientemente comprometidos en el control del pensamiento y en las restricciones de viajes a particulares, y donde el régimen jurídico es tan deficiente que necesita pruebas y evidencias para condenar los crímenes).

Contra esta situación se dirigen los constantes lamentos de la administración Kennedy, ya que los documentos secretos aún no han sido «abiertos». los liberales de este período estaban ansiosos por frenar los excesos democráticos que daban pie a la a la gente pensar ideas «equivocadas».

Estados Unidos no era, sin embargo, ajeno a sentimientos de compasión con los pobres. A mediados de la década de los cincuenta, por ejemplo, nuestro embajador en Costa Rica recomendaba que la United Fruit Company, que prácticamente gobernaba Costa Rica, introdujera «un relativamente simple y superficial interés humano por las condiciones de los trabajadores, que podría tener un gran efecto psicológico».

El secretario de Estado, John Foster Dulles, estaba de acuerdo con esa política y le comentó al presidente Eisenhower que para mantener tranquilos a los latinoamericanos «es preciso darles una palmadita de vez en cuando, y hacerles creer que te gustan».

Es debido a todas estas circunstancias que la política de EEUU en el Tercer Mundo es tan fácil de entender. Nos oponemos frontalmente a la democracia si sus resultados no pueden ser controlados. El problema con las verdaderas democracias es que caen fácilmente en la herejía de que los gobiernos deben satisfacer las necesidades de su pueblo y no las de los inversores norteamericanos.

Un estudio sobre relaciones interamericanas del Royal instituto oí Internacional Agaires en Londres concluye que, mientras EEUU defiende verbalmente la democracia, el compromiso real es «con el capital privado y las empresas». Cuando los derechos de los inversores están amenazados, la democracia se puede olvidar; si esos derechos están salvaguardados se justifica la labor de los torturadores y los asesinos.

Gobiernos parlamentarios han sido barridos o derrocados, con el apoyo o intervención directa de EEUU: en Irán en 1953, en Guatemala en 1954, (y en 1963 cuando Kennedy respaldó un golpe militar destinado a impedir el retorno a la democracia), en la República Dominicana en 1963 y 1965, en Brasil en 1964, en Chile en 1973 y en muchos más lugares y ocasiones, en El Salvador y en otras partes del globo.

Los métodos no son muy agradables. lo que la «contra», sufragada por EEUU, hizo en Nicaragua, nuestros terroristas en El Salvador o en Guatemala, no son sólo crímenes ordinarios. Un elemento común es la tortura brutal y sádica, el arrojar niños contra las piedras, colgar a las mujeres por los pies y cortarles los pechos, arrancar la piel de su cara de manera que murieran desangradas, cortar las manos de las personas y exhibirlas clavadas en estacas. El objetivo es machacar la independencia nacional y a las fuerzas populares que pudieran establecer una verdadera democracia.


La amenaza de un buen ejemplo

Ningún país se libra de este tratamiento, no importa su condición. De hecho suele ser el país más débil y más pobre el que alimenta la peor histeria.

Por ejemplo, tomemos Laos en 1960, probablemente el país más pobre del planeta. la mayoría de su población ni siquiera sabía que existiera algo llamado Laos; tan sólo sabían que vivían en una pequeña aldea y que cerca había otras de las mismas características.

Pero tan pronto como una revolución de baja intensidad empezó a desarrollarse, Washington sometió Laos a sangrientos bombardeos con una «bomba secreta», que desbastó regiones enteras en operaciones que, fue reconocido, nada tenían que ver con la guerra que Estados Unidos estaba sosteniendo en Vietnam del Sur.

Granada tenía una población de poco más de 100.000 personas que vivían de la nuez moscada, y era difícil localizar la isla en un mapa. Pero cuando Granada comenzó una suave revolución social Washington se apresuró a destruir la amenaza.

Desde la revolución bolchevique de 1917 hasta el colapso de los regímenes comunistas de Europa Oriental de finales de los ochenta, era plausible justificar cualquier ataque estadounidense como una defensa contra la amenaza soviética. De manera que cuando los marines invadieron Granada en 1983, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, explicó que en caso de un ataque soviético a Europa Occidental, una Granada hostil podría haber bloqueado los suministros de petróleo desde el Caribe a Europa Occidental, y no hubiéramos podido defender a nuestros asediados aliados. Ahora parece cómico, pero este tipo de patrañas ayudan a movilizar a la opinión pública para favorecer la agresión, el terror y la subversión.

La agresión a Nicaragua fue justificada con el argumento de que los sandinistas no iban a parar ahí, sino que se iban a extender a través de la frontera, hasta Hariingen en Texas, a sólo dos días de coche. (Para la gente con un nivel de educación superior hubo variantes más sofisticadas y más plausibles).

Por lo que concierne a la economía norteamericana Nicaragua podría no existir, así como El Salvador, y nadie lo notaría. Pero ambos países han sido agredidos por EEUU, con un costo de cientos de miles de vidas y muchos cientos de miles de dólares. Y hay una razón para ello. Cuanto más pobre y débil es un país, más peligroso es como ejemplo. Si un pequeño y pobre país como Granada puede tener éxito en brindar a su población una mejor calidad de vida, en algún otro país con mejores recursos se podrían preguntar: ¿por qué no nosotros?

Esto era cierto incluso en lndochina, que era bastante grande y disponía de importantes recursos. Aunque Eisenhower y sus consejeros no paraban de vociferar sobre su arroz, su estaño y su caucho, el verdadero temor era que el pueblo de Indochina alcanzara la independencia y la justicia social, el pueblo de Thailandia tratara de emularlos, y si funcionaba luego fuera Malasia, pronto Indonesia, y entonces una significativa parte de la «Gran Zona» se perdiera.

Si se desea un sistema global subordinado a las necesidades de los inversores estadounidenses, no se pueden dejar partes del sistema al azar. Esto queda meridianamente claro en los archivos documentales, incluso a veces, en los archivos públicos. Tómese el caso de Chile bajo Allende.

Chile es un país grande, con gran cantidad de recursos naturales, pero tampoco en este caso se iba a hundir la economía norteamericana si Chile se convertía en un país independiente. ¿Por qué estábamos tan obsesionados con él? Según Kissinger Chile era un «virus» que podía «infectar» toda la región hasta llegar a Italia.

A pesar de 40 años de subversión por parte de la CIA, Italia seguía teniendo un movimiento sindical. Si contemplaba un gobierno democrático y progresista que triunfaba en Chile quizá los votantes italianos recibirían el mensaje equivocado. Imaginemos que se les ocurren ideas descabelladas sobre tomar el control de su propio país y revivir el movimiento sindical que la CIA aplastó en 1940.

Los planificadores de la política norteamericana, desde los tiempos del secretario de Estado Dean Acheson, de finales de los cuarenta hasta nuestros días, advierten sobre los peligros que puede acarrear una manzana podrida dentro de un barril. El peligro es que esa podredumbre, el progreso social y el desarrollo económico, se pueda extender.

La teoría de la manzana podrida es presentada a la opinión pública como la teoría del dominó. La versión usada para asustar a la gente es la imagen de Ho Chi Minh sentado en una canoa y desembarcando en California, y cosas por el estilo. Quizá algunas figuras relevantes de EEUU se crean este sinsentido, es posible, pero los verdaderos diseñadores de la política norteamericana no. Comprenden perfectamente que la verdadera amenaza es un «buen ejemplo».

A veces la cuestión se explica con gran claridad. Cuando los políticos norteamericanos estaban planeando derrocar la democracia guatemalteco en 1954, un funcionario del Departamento de Estado señaló que Guatemala se estaba convirtiendo en una amenaza para la estabilidad de Honduras y El Salvador. Su reforma agraria es una poderosa arma de propaganda; su amplio programa social consistente en ayudar a los campesinos contra la opresión de las clases dominantes y de las grandes empresas extranjeras ejerce un importante influjo sobre los pueblos vecinos de América Central, donde se dan las mismas circunstancias.

En otras palabras, lo que Estados Unidos quiere es «estabilidad», lo que significa seguridad para las clases dominantes y las multinacionales. Si este objetivo puede ser alcanzado con una democracia formal, bien, si no la «amenaza a la estabilidad» ejercida por un buen ejemplo tiene que ser destruida antes de que infecte a otros.

De esta manera la más mínima partícula puede ser una amenaza y debe ser eliminada.


El mundo tripolar

Desde principios de la década de los setenta el mundo ha sido empujado a lo que se ha dado en llamar tripolarismo o trilateralismo, tres grandes bloques económicos que compiten entre sí. El primero está basado en el yen con Japón en el centro y las antiguas colonias japonesas en la periferia. Durante los años treinta y cuarenta Japón denominó a esta entidad la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia del Sudeste. El conflicto con EEUU tuvo su origen en el intento japonés de ejercer el mismo control en su esfera que Occidente ejercía en las suyas. Pero después de la guerra nos apresuramos a reconstruir para ellos su región. Entonces ya no se tuvo problemas con la explotación japonesa de la zona; ellos debían limitarse a ejercer su poder bajo nuestra supervisión.

Existe una gran cantidad de tonterías escritas sobre el hecho de que Japón se haya convertido en uno de nuestros competidores, lo que viene a probar cuán caballerosos somos y cómo permitimos la reconstrucción de nuestros enemigos. No obstante, las opciones políticas fueron menos timoratas. Una consistía en restaurar el imperio japonés, pero ahora bajo nuestro control, y en efecto ésta ha sido la política seguida.

La otra opción consistía en mantenerse fuera de la región y permitir a Japón y al resto de Asia seguir su propio camino de independencia, excluyéndolos de la «Gran Zona» bajo control estadounidense. Esto era impensable.

Y además, después de la II Guerra Mundial, Japón no era contemplado como un posible competidor, ni siquiera en un remoto futuro. Se tenía asumido que Japón, con el tiempo, podría producir gran cantidad de chucherías, pero no mucho más. (Había un fuerte elemento de racismo en esta concepción). Japón se recuperó debido en gran parte a la guerra de Corea y a la guerra de Vietnam, que estimularon su producción y agigantaron sus beneficios.

Unos pocos políticos norteamericanos fueron más avispados, entre los que se encontraba George Kennan. Propuso que Estados Unidos alentara la industrialización japonesa, pero con un límite: nosotros controlaríamos sus importaciones petrolíferas. Kennan mantenía que esto nos proporcionaría un poder de veto sobre Japón, en caso de que quisiera propasarse. El gobierno escuchó este consejo, y mantuvo un estrecho control sobre las importaciones y las refinerías. Hasta principios de los años setenta, los japoneses sólo controlaban el 10% de sus suministros petrolíferas.

Ésta es una de las principales razones por la que Estados Unidos ha estado tan interesado en el petróleo de Oriente Medio. No necesitábamos petróleo para nosotros; hasta 1968 Norteamérica lideraba la producción mundial de crudo. Pero necesitábamos tener bien sujeta en nuestras manos esta fuente de poder, y asegurar que los beneficios fueran a parar a Gran Bretaña y los propios EEUU.

Y es precisamente por esto que hemos mantenido bases militares en Filipinas. Forman parte de un sistema global de intervención que apuntaba a Oriente Medio, con el fin de asegurarnos que los «nativos» no sucumbieran al «ultranacionalismo».

El segundo bloque competitivo importante está basado en Europa y liderado por Alemania. Todavía queda un largo trecho por recorrer para consolidar la Comunidad Europea. Europa tiene un sistema económico más vasto que EEUU, una mayor población, y ésta es más culta. Si alguna vez consigue actuar unido e integrar su poder, Estados Unidos podría tornarse en una potencia de segundo orden. Esto sería aún más probable si Alemania lidera al resto de Europa en el proceso de reconstruir la economía de los países del Este y situarles en su papel tradicional de corte colonial, básicamente parte del Tercer Mundo.

El tercer bloque está basado en el dólar y la dominación norteamericana. Recientemente se extendió hasta englobar a Canadá, nuestro principal socio comercial, y pronto incluirá a México y otras partes del hemisferio a través de acuerdos de libre comercio, diseñados fundamentalmente para satisfacer los intereses de los inversores norteamericanos y sus socios.

Siempre hemos creído que América Latina nos pertenecía por derecho. Como Henry Stimson (secretario de Guerra bajo Roosevelt y Taft, y secretario de Estado en la administración Hoover), apuntó una vez, «es nuestra pequeña región, que nunca ha preocupado a nadie». Asegurar el bloque basado en el dólar significa frustrar el desarrollo y la independencia de América Central y del Caribe.

Hasta que no se comprenda nuestra lucha con nuestros rivales industriales y con el Tercer Mundo, la política exterior nortearnericana parecerá una serie de crasos errores, incoherencias y confusiones. En realidad, nuestros líderes han hecho una buena labor y han disfrutado de cierto éxito en sus tareas rutinarias, siempre dentro de unos ciertos límites.

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11 enero, 2006

Ejemplos de una guerra: Iraq

Para quienes vivimos en sociedades pacíficas el fenómeno de la guerra parece algo tan lejano, poco probable y poco interesante que tendemos a olvidar que estas son solo una expresión de la política, y ejercida por su brazo fuerte, que son los ejércitos, fuerzas aéreas y marítimas.

La invasión de Irak es algo que no podemos olvidar ni ignorar por varias razones; en honor a quienes han muerto inocentemente, por las lecciones que nos deja, por comparación a lo que en Chile también vivimos y porque como chilenos no estamos exentos de sufrir una guerra en los próximos años. Olvidar es humano... pero olvidar la historia nos condena a repetirla. Por esto quiero presentarles una breve síntesis gráfica de lo que ha sido este evento que está transcurriendo ahora mismo y sus consecuencias, especialmente para los más inocentes.

Todo comienza en marzo de 2003 cuando se inicia el bombardeo y posterior invasión del territorio por fuerzas de EE.UU.

Bombardeo de Bagdad

EE.UU invade Iraq


Las bombas no discriminan buenos de malos.




La santidad del hogar ya no es respetada.




Todos son sospechosos.




y se acaba la libertad de expresión.




Tu hogar y tus pertenencias hechas escombros.




No queda mas que huir, como sea y a donde sea para salvar lo más valioso.








Y esquivar las balas, rezando por los tuyos.




Todo medio de escape es válido...




Aunque eso no asegura tu salvación.




El desastre y el dolor inevitablemente llegan...









Quien era una persona, un hijo, un hermano, un padre, se convierte en basura.




El "daño colateral" es físico y sicológico y toca cada fibra... pérdidas irremediables.
















El costo de la aventura es demasiado alto.




Y los delitos como la tortura son flagrantes, pues se pierde la humanidad del ser.








Por todo esto y antes que se encuentre sin salida por sus malas decisiones...




no juegue a la guerra...




sino al contrario, opóngase a la guerra con todos sus medios, con toda su alma, proteste y tome acción con paz en el corazón.




Un Abrazo.