23 mayo, 2006

Carta de un Tonto a un Idiota

La guerra de desinformación está viva y en plena ejecución en nuestros días. Todo puede ser desinformación. Todo puede ser utilizado para fines políticos y ultimamente de control y poder. Los blogs no son la excepción.

Les adjunto la carta del presidente Iraní a Bush, no con el fin de solidarizar con Irán, ni para ayudar a radicalizar posturas, sino como muestra que los temas de política internacional más candentes y trascendentes, como precisamente este, se luchan cada día en frente de nuestras narices y nos ponen de testigos de hechos muchas veces cocinados en las mayores esferas de la inteligentzia de los países.

Tanto los iraníes como los gringos nos quieren para que los apoyemos, para que eventualmente cualquier acción que tomen esté en complicidad con los millones de personas que no saben distinguir entre la verdad y la desinformación.

Usted y yo, reitero, estamos en medio de una guerra distinta, una guerra por las mentes de las personas. La primera baja de la guerra es la verdad... hay que dar eso por hecho. Ahora mismo hay batallones de soldados mintiéndole a usted a través de todos los medios posibles, modificando lo que usted piensa y en suma cambiando la realidad, pues la realidad de la mente no es lo mismo que la verdad.

Texto íntegro de la carta de Ahmadineyad a Bush Teherán
Irán. IRNA. 17 de mayo de 2006

El pasado 8 de mayo el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, envió una carta a su homólogo norteamericano, George W. Bush, que tiene una doble importancia, por un lado, porque sienta precedentes por ser la primera misiva de un mandatario iraní a su par estadounidense después de 27 años de república islámica, y, por otro lado, por su contenido.

En la carta, que ha tenido una gran repercusión en la prensa internacional y que ha hecho correr hasta la fecha ríos de tinta, Ahmadineyad se muestra muy crítico por el comportamiento de Washington en la escena internacional y le pide a Bush, entre otras muchas cosas, que escuche el clamor de los pueblos antes de que sea demasiado tarde.

Debido a la importancia de esta misiva, ofrecemos su texto íntegro en español.


EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO

Excmo. Sr. George W. Bush
Presidente de Estados Unidos de América

Durante un tiempo he andado pensando cómo se pueden justificar las innegables contradicciones existentes en el escenario internacional que se debaten continuamente en los foros públicos, sobre todo, en los políticos y universitarios.

Son muchas las preguntas en este sentido que se han quedado sin respuesta y es por ello que he decidido plantear algunas de estas cuestiones y paradojas pues quizá surja una oportunidad para poder enmendarlas.

¿Se puede ser seguidor de Jesucristo, sobre él sea la paz, verse comprometido con los derechos humanos, presentar al liberalismo como un patrón civilizador, oponerse a la proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva y hacer de la lucha contra el terrorismo un lema? En definitiva, ¿trabajar por la formación de una sociedad mundial, una sociedad en la que gobernaría Jesucristo, sobre él sea la paz, y los justos de la tierra, pero, a la vez, atacar a los países, infravalorar la vida, la dignidad y la existencia de las personas y, por ejemplo, prenderle fuego a todo un pueblo, una ciudad o una caravana porque quepa la posibilidad de que en ellas se encuentren varios delincuentes
¿Se puede ocupar un país porque quepa la posibilidad de que en él haya armas de destrucción masiva, ser muertas unas cien mil personas de su población, destruir sus recursos acuíferos, agrícolas y su industria y establecer en él casi 180.000 efectivos militares?
¿Se puede violar el espacio de intimidad del hogar de los ciudadanos y llevar al país a cómo era 50 años atrás? ¿A qué precio? Gastando cientos de miles de millones de dólares de las arcas públicas de un país y de algunos otros, enviando a cientos de miles de jóvenes como soldados de fuerzas invasoras, exponiéndolos a la muerte, alejándolos de sus familias, manchando sus manos con la sangre ajena y ejerciendo sobre ellos tal presión psicológica que cada día cierto número de ellos acaban suicidándose, o los que regresan a su país, se deprimen, sufren o se las ven con enfermedades de diverso tipo. Algunos han sido muertos y sus cuerpos son entregados a sus familias.

Con la excusa de la existencia de armas de destrucción masiva son por las que ocurren estas grandes tragedias tanto para el pueblo del país ocupado como para el pueblo del país ocupador, para luego saberse que no ha habido armas de destrucción masiva.

Naturalmente, Saddam Hosein era un dictador criminal, pero la razón que se esgrimió para la guerra no era ésa, sino el eliminar las armas de destrucción masiva. Saddam Hosein acabó siendo derrocado y el pueblo de la zona manifestó su satisfacción por ello. A lo largo de toda su guerra impuesta a Irán por Saddam Hosein, éste gozaba del apoyo del Occidente.

Sr. presidente:

Quizá sepa usted que yo soy profesor. Los alumnos preguntan ¿cómo se puede hacer coincidir semejantes medidas con todos los valores que encierra el estar comprometido con la religión de Jesucristo, sobre él sea la paz, el profeta de la paz y de la misericordia?
Hay acusados encerrados en Guantánamo que no son juzgados, que no tienen acceso a un abogado, cuyas familias no pueden ver, que se mantienen fuera de sus respectivos países y que no son objeto de control internacional alguno.

No está claro si ellos son presidiarios o prisioneros, acusados o condenados. Inspectores de la Unión Europea han corroborado asimismo la existencia de cárceles clandestinas en Europa. Yo no he podido ajustar el secuestro de personas y el confinarlas en cárceles secretas con ninguno de los sistemas judiciales del mundo y no he alcanzado a comprender a cuál de los valores se adapta, ¿a las enseñanzas de Jesucristo, sobre él sea la paz? ¿A las de los derechos humanos? ¿A los valores del liberalismo

Los jóvenes, los estudiantes y la gente tienen muchas preguntas sobre el fenómeno de Israel. Seguramente usted habrá escuchado algunas.

A lo largo de la historia han sido muchos los países que han sido ocupados, pero uno de los fenómenos que son novedosos en nuestra época ha sido la fundación de un país nuevo con gentes nuevas.

Dicen los universitarios que hace 60 años no existía ese país. Los documentos y globos terráqueos geográficos antiguos así lo demuestran y por mucho que busquemos no hallamos un país llamado Israel. Me veo obligado a guiarles y [les digo] que estudien la historia de la primera y la segunda guerra mundial. En cierta ocasión uno de los estudiantes universitarios dijo que durante la II Guerra Mundial, en la que perecieron decenas de millones de personas, los contendientes de ambos bandos emitían rápidamente partes de guerra en los que cada uno anunciaba su victoria y las derrotas del bando opuesto. Después de la guerra se dijo que seis millones de judíos habían sido asesinados. Seis millones de personas que tenían vínculos familiares con al menos dos millones de familias.

Supongamos que la noticia sea cierta. ¿Puede ser su resultado lógico la fundación de Israel en Oriente Medio o el apoyarlo? ¿Cómo se analiza y se explica este fenómeno
Seguramente usted sabrá cuánto ha costado y qué consecuencias ha tenido la fundación de Israel:
-La muerte de miles de personas.

Sr. presidente:

-El que millones de habitantes nativos se queden sin hogar.

-La destrucción de miles de hectáreas de plantaciones, olivares y la devastación de ciudades y poblados.

Esta tragedia no se restringe al momento de su fundación sino que, lamentablemente, se da desde hace sesenta años.

Se fundó un régimen que no le tiene misericordia ni a los niños, que destruye las casas con la gente dentro, que anuncia de antemano el atentado contra alguna personalidad palestina y que mantiene confinados a miles de palestinos. Semejante fenómeno tiene pocos o ningún precedente en los últimos siglos.

La otra gran pregunta que se hace mucha gente es ¿por qué se apoya a ese régimen?

¿Apoyar a ese régimen significa acaso apoyar las enseñanzas de Jesucristo,(sobre él sea la paz)? ¿O las de Moisés, (sobre él sea paz)? ¿O acaso se ajusta a las doctrinas del liberalismo?
¿Acaso el otorgarle el derecho a elegir el destino de todos los territorios palestinos a sus habitantes originarios, estén fuera o dentro de Palestina, sean musulmanes, judíos o cristianos, contradice los principios más fundamentales de la democracia, los derechos humanos y las enseñanzas de los profetas? Si no lo contradice, ¿por qué se está en contra de un referéndum?
Recientemente ha llegado al poder un gobierno palestino gracias al voto del pueblo palestino. Todos los observadores imparciales han ratificado que este gobierno ha sido elegido por el pueblo. Increíblemente, han presionado al gobierno electo y se le ha dicho que debe reconocer oficialmente al régimen de Israel, abandonar su resistencia y seguir el programa del gobierno anterior.

Si el actual gobierno de Palestina hubiese anunciado de antemano que iba a seguir esa política, ¿habría sido elegido por los palestinos? ¿Esta manera de posicionarse ante el Gobierno palestino puede compararse a los valores antes mencionados? También la gente pregunta porqué se veta toda resolución que se plantea en el Consejo de Seguridad contra el régimen sionista.

Sr. presidente:

Usted sabe que yo vivo con el pueblo y que continuamente me mantengo con él en contacto, que mucha gente en Oriente Medio está de alguna manera en contacto conmigo. Ellos consideran que las políticas de múltiple rasero no son compatibles con ninguna lógica.

Los indicios apuntan a que el común de los pueblos de la zona está cada día más enfadado con las políticas practicadas.

No pretendo formular muchas preguntas pero quiero hacer referencia a varios puntos más.

¿Por qué se considera que todo progreso técnico o científico en Oriente Medio se interpreta y se anuncia como una amenaza contra el régimen sionista? ¿No es acaso la labor científica y de investigación una parte de los derechos fundamentales de las naciones?
Posiblemente usted conozca la historia. Obviando la Edad Media, ¿en qué coyuntura de la historia y en qué parte del mundo se ha considerado que el progreso técnico y científico sea un delito? ¿Acaso la posibilidad de que éstos puedan tener un uso militar puede ser razón para oponerse a las ciencias y a las tecnologías? Si se da como correcta esta conclusión, entonces se debería estar en contra de todas las ciencias, incluso de la física, de la química, de las matemáticas, de la medicina, de la ingeniería, etcétera.

En cuanto al asunto de Irak, se dijo una mentira, ¿cuál ha sido la consecuencia? No me cabe duda de que todas las sociedades del mundo desaprueban la mentira y de que a Su Excelencia no le gusta que le mientan.

Sr. presidente:

¿Tendrán los pueblos latinoamericanos el derecho de preguntar, por qué se oponen a sus gobiernos electos en este continente y al contrario se apoyan los golpes de estado y por qué se mantiene la sombra de una constante amenaza por encima de ellos? Los africanos son pueblos trabajadores, creativos y talentosos. Ellos pueden jugar un papel importante y valioso en la satisfacción de las necesidades y el progreso material y espiritual de la sociedad humana. La pobreza y la indigencia en la mayor parte de África es un obstáculo para la materialización de este papel. ¿Tendrán ellos el derecho de preguntar, por qué se están saqueando sus enormes riquezas y recursos, mientras ellos mismos los necesitan más que nadie.

¿Acaso estas acciones son compatibles con las enseñanzas de Jesucristo y con los derechos humanos? El pueblo valiente y creyente de Irán también tiene numerosas preguntas, tales como; la ejecución del golpe de estado del 19 de agosto de hace ya cincuenta y tres años y el derrocamiento del gobierno legítimo de aquel entonces; confrontación con la Revolución Islámica y la conversión de la embajada [norteamericana] en la sede principal de apoyo a los opositores de la República Islámica de Irán, según el testimonio de miles de hojas de documentos; apoyar a Saddam Hosein en la guerra contra Irán; derribar el avión iraní de pasajeros; bloqueo de las propiedades del pueblo iraní; amenazas crecientes y manifestar disgusto y enfado por el progreso científico y nuclear del pueblo iraní; mientras todos los iraníes están contentos por el progreso de su país y lo festejan, y otras muchas cosas de asta índole que no las voy a comentar en esta carta.

Sr. presidente:

Los hechos del 11 de Septiembre fueron unos hechos terribles. La matanza de los inocentes es deplorable y dolorosa en cualquier parte del mundo. Nuestro gobierno expresó de inmediato su repudio hacia los autores de estas atrocidades y manifestó su pésame y condolencia a los sobrevivientes a estos hechos.

Todos los gobiernos tienen el deber de proteger la vida, la propiedad y el prestigio de sus ciudadanos. Según se dice, su gobierno posee complicados sistemas de seguridad, protección e inteligencia que caza a sus opositores aún allende las fronteras. Las operaciones del 11 de Septiembre no fueron operaciones sencillas. ¿Acaso podrían ser posibles la planificación y la realización de estas operaciones sin la coordinación previa con los servicios de inteligencia y de seguridad o mediante infiltraciones amplias en ellos. Por supuesto ésta sería una suposición racional. ¿Por qué han sido ocultadas hasta la fecha las distintas dimensiones de estos hechos? ¿Por qué no se explica quiénes cometieron negligencia en estos hechos? Y ¿por qué no se presenta y no se juzga a los responsables y a los culpables?

Sr. presidente:

Todos los gobiernos tienen el deber de proveer de seguridad y tranquilidad a sus ciudadanos. Hace años que el pueblo de su país y el de los países colindantes con las zonas en conflicto en el mundo carecen de un sentimiento de seguridad psicológica. Después de los hechos del 11 de Septiembre, algunos medios de comunicación occidentales en lugar de la cura psicológica y paliar los dolores de los damnificados y los ciudadanos estadounidenses afectados seriamente por los incidentes lo que hicieron fue intensificar el clima de la inseguridad y hablar constantemente de la posibilidad de nuevos ataques terroristas manteniendo así a la gente en el temor y pánico. ¿Sería esto servir al pueblo de Estados Unidos? ¿Serían calculables los daños producidos por el temor y pánico?
Imagínese usted, los ciudadanos norteamericanos creían en la posibilidad de nuevos ataques en cualquier lugar. Sentían inseguridad en las calles, en sus lugares de trabajo y en sus casas. ¿A quién esta situación? ¿Por qué los medios de comunicación en lugar de difundir la tranquilidad y seguridad inducían el sentimiento de inseguridad?

Algunos creen que estas propagandas servían para preparar el terreno y justificar la agresión de Afganistán. Aquí se debe hacer referencia al papel de los medios de comunicación. En los estatutos mediáticos han sido admitidos como un principio humano establecido la correcta transmisión de información y la fidelidad en la difusión de la misma. Quisiera expresar mi profundo sentimiento por la falta de compromiso de ciertos medios occidentales hacia ese principio. El principal pretexto para invadir Irak fue la existencia de armas de destrucción masiva. Eso fue repetido constantemente para que la opinión pública lo creyera y así se preparara el terreno para invadir Irak. ¿No se perderá la verdad en un ambiente artificioso y de mentira? ¿Acaso la verdad también se perderá ante Dios?
Sr. presidente:

En todos los países del mundo, son los ciudadanos quienes satisfacen los gastos de los gobiernos para que éstos les sirvieran. La pregunta es ésta, ¿qué logros ha tenido el pueblo a cambio de cientos de miles de millones de dólares por gastos anuales de movilización de tropas en Irak?
Como sabe su excelencia, en algunos estados de su país, el pueblo vive en pobreza, hay miles de personas sin hogar. El desempleo constituye un enorme problema y estos problemas existen más o menos en otros países. ¿Acaso en estas circunstancias, son justificables ese gran volumen de movilizaciones de tropas y esos colosales gastos del erario público y compatibles con los principios antedichos?

Sr. presidente:

Lo dicho arriba es solamente una parte de los dolores que aquejan hoy en día a los pueblos del mundo, a los de nuestra región y al pueblo de usted. Pero lo principal que quisiera expresar y que usted lo confirmará, por lo menos, en parte es que:

Los gobernantes tendrán su propio período y no serán eternos pero se quedarán sus recuerdos y sus nombres en la historia y se les juzgará constantemente en el futuro cercano o remoto
El pueblo contará lo que ha pasado en nuestro período. ¿Acaso hemos podido dotar a la gente de la seguridad, bienestar y comodidad o de inseguridad y desempleo? ¿Hemos querido establecer la justicia o solamente hemos protegido a determinados grupos y llevamos a la riqueza y al poder a un pequeño número de personas a precio la pobreza y la indigencia de un gran número de individuos, prefiriendo el consentimiento de los primeros al agrado de Dios y al del pueblo?

¿Acaso defendimos los derechos del pueblo y de los oprimidos o los hemos ignorado?
¿Defendimos los derechos de los seres humanos en todo el mundo o hicimos prisioneros a algunos imponiendo guerras, haciendo injerencias ilegales y creando terribles cárceles. ¿Acaso hemos logrado la seguridad y la paz para el mundo o extendimos la sombra de la amenaza y la fuerza en todo el mundo?
¿Hemos dicho la verdad a nuestro pueblo y a otros pueblos del mundo o hemos invertido las realidades? ¿Fuimos partidarios del pueblo o de los ocupantes y opresores? ¿Prestamos atención en nuestro gobierno en la lógica, la razón, la ética, la paz, el respeto a los compromisos, el desarrollo de la justicia, el servir al pueblo, el bienestar y progreso y el salvaguardar la dignidad humana o en la fuerza de las armas, la amenaza, ignorar a la gente, hacer tardar el progreso y la promoción de los pueblos y pisotear los derechos humanos? Y finalmente nos preguntarán ¿si cumplimos con lo que juramos, por servir al pueblo lo que constituye nuestro principal compromiso y tarea y con las directrices de los profetas o no?

Sr. presidente:

¿Hasta cuándo el mundo podrá soportar tal situación? Con este ritmo ¿hacia dónde se encaminará el mundo?
- ¿Hasta cuándo los pueblos del mundo deberán pagar por las decisiones incorrectas de algunos gobernantes?
- ¿Hasta cuándo tiene que echar su sombra la inseguridad originada por la acumulación de armas de destrucción masiva a los pueblos del mundo?

-¿Hasta cuándo debería derramarse la sangre de los niños, mujeres y hombres sobre los pavimentos de las calles y callejones y derribarse las casas de la gente sobre sus cabezas?

-¿Acaso está satisfecho su Excelencia con la situación actual del mundo?
Y ¿piensa que se pueden continuar las políticas actuales?
Si en lugar de destinar cientos de miles de millones de dólares a los gastos de seguridad, militares y movilización de tropas, hubieran sido destinadas estas cantidades a la inversión y ayudar a los países débiles, educación y elevar la capacidad intelectual y física, ayudar a los damnificados en los desastres naturales, crear empleos y producción, el desarrollo y la eliminación de la pobreza y privación, así como a establecer la paz, eliminar las divergencias entre los países y apagar las llamas de las guerras étnicas y raciales y... en qué estado se encontraría hoy el mundo. ¿No sentían entonces orgullo y grandeza tanto su gobierno como su pueblo?

¿No sería así más consolidada la situación política y económica de su gobierno y del pueblo?
Me pregunto con mucho pesar si hubiera entonces el odio creciente que sienten hoy los pueblos del mundo hacia el gobierno de Estados Unidos. Señor presidente no tengo la intención de molestar a nadie.

Si hoy estuvieran presentes los profetas Abraham, Isaac, Jacobo, Ismael, José y Jesucristo (que la paz sea con ellos), como juzgarían estos comportamientos? ¿Acaso nos darán algún papel en el mundo prometido lleno de justicia y en que estará presente Jesucristo (la paz sea con él)? ¿Y nos aceptarán? Mi pregunta clave es ésta; ¿no existe una vía mejor de interacción con los pueblos? Hoy en día en el mundo son cientos de millones los cristianos, cientos de millones los musulmanes y varios millones los seguidores de la religión de Moisés (la paz sea con él). Todas las religiones divinas se asocian en una palabra y ésa es la Unicidad de Dios, es decir, creer en un dios único y que no existe otro dios más que Él en todo el universo. El Noble Corán enfatiza en esta creencia común e invita a todos los seguidores de las religiones divinas diciendo: “Di, ¡OH gente del Libro! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie como Señor excepto a Dios”. [3:64]

Sr. presidente:

Según la palabra divina, todos nosotros hemos sido invitados a adorar al Dios único y a seguir a los profetas divinos. “Adorar a un Dios que es por encima de todos los poderes del mundo y es capaz de hacer todo”, “Un Señor que conoce lo oculto y lo manifiesto, el pasado y el futuro y conoce lo que pasa en los corazones de sus criados y registra sus actos”. “Un señor, que es poseedor de los cielos y la Tierra y todo el universo es su reino”. “Las riendas del universo las maneja Él y les promete a los criados perdón y la absolución de sus pecados”, “Él es compañero de los oprimidos y enemigo de los opresores”, “es Clemente y Misericordioso”, “Él es apoyo para los creyentes y les guía de la oscuridad a la luz”. “observa los actos de los criados”, “les invita a los criados a la fe y a hacer buenos hechos y les pide andar por el camino recto y persistir en este camino”,
“invita a los criados a obedecer a sus profetas y observa y es testigo de sus actos” y “el mal final lo pregona solamente a aquellos que han elegido la vida mundana y le desobedecen sus órdenes oprimiendo a sus criados”, “y el buen final y el paraíso eterno lo adjudica a criados que se temen de su grandeza y de su autoridad no siguiendo la lujuria”.

Nosotros creemos, como el único camino de salvación y felicidad el retorno a la ideología de los profetas divinos. He oído que su excelencia tiene tendencia a la religión de Jesucristo (la paz sea con él) y cree en la promesa divina del reino de los virtuosos en la Tierra. Nosotros también creemos en Jesucristo como uno de los profetas divinos más grandes quien ha sido apreciado repetidamente en el Corán citándole lo siguiente:

“y Dios es mi Señor y Señor vuestro. ¡Servidle, pues! Esta es la vía recta. [19:36]

Servir y obedecer a Dios es el lema de todos los profetas divinos.

El Dios de todos los pueblos en Europa, Asia, África, América, Oceanía y de todo el mundo es único. Él es un dios que desea la salvación y la dignidad de todos sus sirvientes y les ha conferido nobleza a los seres humanos. Está incluida en las palabras divinas que “el Dios Todopoderoso envió a sus profetas con milagros y señales claras para guiar al pueblo y mostrarles los signos divinos purificándoles de pecados y manchas. Y envió el Libro y la Balanza para que el pueblo hiciera justicia y evitara a los rebeldes”. Todos estos versos están mencionados, de alguna manera en el Libro Sagrado. Los profetas divinos han prometido: Llegará algún día, en que todos los seres humanos estarán presentes ante el Dios Todopoderoso, para ver evaluados sus hechos. Los bienhechores serán dirigidos al paraíso y los malhechores caerán en la ira divina. Creo que los dos creemos en ese día.

Pero no será fácil evaluar las actuaciones de los gobernantes pues debemos responder a nuestro pueblo y a todos los que nuestra actitud les ha afectado de alguna manera la vida. Los profetas han deseado la paz y la tranquilidad, basadas en el monoteísmo, la justicia y la preservación de la dignidad humana para toda la humanidad.

Si, todos nosotros creemos y nos comprometemos con todos estos fundamentos, es decir, la unicidad de Dios y el monoteísmo, la justicia y la preservación de la nobleza y de la dignidad humana y tener fe en el día del Juicio Final ¿no se podrán superar los problemas del mundo de hoy fruto de la desobediencia a Dios y a las instrucciones de los profetas y tener un protagonismo mejor y más bello?

¿Acaso creer en estos fundamentos, no desarrollará y garantizará la paz, la amistad y la justicia?

¿Acaso dichos fundamentos, no son la ideología escrita y no escrita de la mayoría de los pueblos del mundo? ¿No aceptaría su excelencia esta invitación? A un retorno verdadero a las ideologías de los profetas, a la Unicidad y a la justicia, a la preservación de la nobleza humana y a la obediencia a Dios y a sus profetas.

Excelentísimo Señor Presidente:

Echar una mirada a la historia demuestra que si los gobiernos se encaminan por el camino de la injusticia y la tiranía no podrán seguir. Dios no les ha dejado el destino de la humanidad en sus manos. Dios no ha abandonado el mundo y a los seres humanos; hay muchos acontecimientos que ocurren contra el deseo y la voluntad de los gobiernos. Los hechos bien muestran que existe una mano poderosa a cuya voluntad se someten todos los asuntos.

Señor Presidente;

¿Se pueden negar las señales de cambio en el mundo actual?
¿Se puede comparar la situación actual del mundo con la de hace diez años? Los cambios son rápidos y muy amplios. Los pueblos del mundo no están contentos con la situación actual y confían menos en los compromisos y comentarios de algunos gobernantes influyentes del mundo.

La gente en muchas partes del mundo se siente insegura y se opone al desarrollo de la inseguridad y a la guerra y no acepta las políticas de múltiple rasero. La gente protesta contra la brecha existente entre los ricos y los pobres y entre los países enriquecidos y empobrecidos.

La gente odia la creciente corrupción.

La gente en muchos países está preocupada por los ataques a sus fundamentos culturales, por la desintegración de la familia y por la disminución del cariño y la compasión.

La gente del mundo no ve con optimismo a las organizaciones internacionales, ya que sus derechos no son amparados por estas organizaciones.

El liberalismo y la democracia occidentales no han podido acercar a la humanidad a sus ideales y hoy no son más que dos conceptos fracasados. Los perspicaces pensadores y los sabios del mundo oyen claramente el ruido del derrumbamiento del pensamiento y de los sistemas de la liberal democracia.

Hoy la atención de los pueblos del mundo está enfocada crecientemente sobre un punto de enfoque principal, y este punto es el Dios Único y sin duda la gente vencerá sus problemas apelándose al monoteísmo y a la ideología de los profetas. Mi seria interrogante sería que ¿si usted no quiere acompañarles?
Señor Presidente;

Si queremos o no, el mundo se encaminará hacia el monoteísmo y la justicia, y la voluntad de Dios dominará sobre todas las cosas.

Homenaje a quienes siguen el camino recto
Mahmud Ahmadi Nejad
Presidente de la República Islámica de Irán

Teherán, 8 de mayo de 2006

05 mayo, 2006

La Gran Ilusión Nuestra de Cada Día

Vivimos una ilusión y al mismo tiempo tenemos la ilusión de que estamos viviendo. Convivimos con la ilusión, la tocamos, la vemos, la acariciamos y por necesidad animal creemos fervientemente en ella. Es paradojal, pero para los seres humanos la ilusión es el modo de enfrentar la realidad.

La ilusión no existe en la naturaleza, existe solo en nuestra mente. Quien quiera salir del mundo ilusorio de lo "real" debe hacer un esfuerzo consciente para vencer a la mente. Aquí les dejo algunos ejemplos visuales de lo ilusorio, es tarea suya hacer un parangón con el mundo real, aquel de las "noticias importantes", del "progreso humano y científico", de la política "seria y democrática", del "origen de la riqueza de las naciones". Esa es su tarea... una tarea titánica de hecharse encima cientos de años de constructo de historia humana... y a la vez esta es la tarea de uno solo, usted, pues usted contruye su propia realidad del mundo en su mente en este mismo momento.

Vemos una forma pero al mismo tiempo no podemos ver su fondo


Cualquiera puede engañarnos al mostrarnos lo que queremos ver



Vemos cambio donde no lo hay (todas las líneas horizontales y verticales son rectas)




Vemos movimiento donde no lo hay


La primera impresión influencia el contexto de la realidad





"Cuestionar las cosas importantes no es más que hacerse nuevamente las preguntas infantiles de quién soy y por qué estoy aquí, que son al fin las preguntas basales de la humanidad."
Shang

04 mayo, 2006

Citas: Julio César y Kissinger

"Cuidado del líder que hace sonar los tambores de guerra en orden de impeler a la ciudadanía con fervor patriótico, pues el patriotismo es en si un arma de doble filo. Tanto enardece la sangre como estrecha la mente, y cuando los tambores de guerra han alcanzado el tono afiebrado y la sangre hierve de odio y la mente se ha cerrado, el líder no necesitará requizar los derechos de los ciudadanos. Al contrario, la ciudadanía, infundida de ira y cegada por el patriotismo ofrecerá todos sus derechos al líder y de forma agradecida. ¿Cómo lo sé? Pues porque esto es lo que he hecho, y yo soy César."
— Julio César

-oOo-

"Hoy los Norteamericanos estarían enfurecidos si tropas las la ONU entrasen a Los Angeles para restaurar el orden. El día de mañana estarán agradecidas. Esto sería especialmente cierto si se les dijese que hay una amenaza externa desconocida - sea real o inventada - que amenaza su propia existencia. Será entonces cuando todas las personas del mundo adherirán con los líderes mundiales para que los salven de este mal. La gran cosa que cada hombre teme es a lo desconocido. Cuando sean confrontados con este escenario, los derechos individuales serán entregados confiadamente para garantizar su bienestar al gobierno mundial."
— Henry Kissinger, en la Conferencia de Bilderberg en Evians, Francia, 1991

02 mayo, 2006

Ave César, los que Van a Morir te Saludan...

El ser humano es un ser de costumbres. Aun los hechos más aberrantes como los que todos los días propinan los "adalides de la democracia" comienzan a ser solo un evento más del día común de las gentes, solo unas líneas desinteresadas en algún periódico. Un niño muerto en Iraq es un mero dato, un hecho similar en Europa sería un escándalo. Al fin el tiempo pasa y se va tranformando en un enemigo de la razón, pues diluye los recuerdos, amortigua los sentimientos, suaviza las opiniones... pero para algunos (como yo) también el tiempo es un aliado, pues permite reconstruir lo derribado por el azote de una amarga realidad. El tiempo trancurre y nos permite reconquistar el equilibrio de la razón, formar el temple del espíritu, ver el fondo y no ser cegado por la forma.

Las últimas semanas fueron de introspección, de lenta reconstrucción. Es cierto que la verdad duele... pero no mata, la que mata es la mentira... y mata y entierra al alma humana incluso mucho tiempo antes que al cuerpo.

Ahora veo donde estamos parados, a qué nos enfrentamos y qué está en juego. Más importante aun, sé de que lado estoy. Presenciamos una contienda en donde cada ser humano de esta tierra está involucrado, la gran mayoría inconscientes de que están en una arena. Solo algunos sabemos qué esperar. Solo algunos sabemos en quién confiar. No nos conocemos pero sabemos que no estamos solos. Ahora puedo enfrentar esta contienda épica en los años por venir con temple y paz en el corazón.

Les dejo algo para reflexionar.


El Imperio Global


1.- LA NUEVA ROMA:

En el nuevo y azaroso sistema internacional de la post guerra fría, los Estados Unidos de Norteamérica han emergido como la única hiperpotencia con una concentración de poder, en lo militar y en lo económico, sin igual en la historia. En un mundo globalizado donde las actividades comerciales y financieras, las comunicaciones y el conocimiento y hasta el delito cobran dimensiones mundiales, el poder de los imperios también se hace global.

En consecuencia, los Estados Unidos de Norteamérica se han transformado en el primer imperio global en la historia de la humanidad.

Por tratarse de un fenómeno sociopolítico nuevo parece conveniente realizar una breve descripción de la naturaleza de este nuevo tipo de imperio. Comenzaremos por señalar que el poderío del Imperio Americano es incluso superior al que en su momento detentaron otros imperios, como el de los Hausburgo, en tiempos de Carlos V -siglo XVI-, o el Imperio Británico en la era victoriana -siglo XIX-.

A la gran concentración de poder militar se suma otra circunstancia también sin precedentes en la historia. La capacidad de proyectarlo a cualquier punto del planeta. Con sólo el cinco por ciento de la población mundial, consume el 25 por ciento de producción mundial anual de petróleo, crea y consume el 30 por ciento del Producto Bruto Mundial.

El norteamericano medio consume unos 3.600 kilos de petróleo, 2.130 kilos de gas natural, 2.336 kilos de carbón y 0,04 kilos de uranio por año. Para proporcionar una idea aproximada de cuanta energía circula en la sociedad norteamericana cada día, el geólogo Walter Youngquist calcula la cantida de "personas potencia" adicional que tiene a su disposición cada individuo. Supone para comenzar que una "persona potencia" (PP) = 0,25 caballos potencia = 186 vatios = 635 Btu (British Termal Unit = 0,252 kilocalorías).

Según Youngquist tomando como referencia el consumo energético de los Estados Unidos en el año 2000 en términos del equivalente en personas potencia que se requeriría para proporcionar la misma cantidad de trabajo, harían falta casi tres veces más personas de las que existen actualmente en el mundo (es decir, 18.600 millones de personas). La dieta energética diaria del norteamericano medio es el equivalente a tener cincuenta y ocho esclavos energéticos trabajando sin cesar las veinticuatro horas del día.

Pero no sólo de energía es un gran consumidor el norteamericano medio sus necesidades de agua también son muy elevadas. Mientras que un habitante del Tercer Mundo debe arreglarse con un promedio de veinte litros diarios y un italiano recibe doscientos trece litros por día, el norteamericano medio consume más de seiscientos litros al día.

Los Estados Unidos efectúan más de la mitad de todos los gastos de defensa del mundo. El presupuesto del Pentágono –según cálculos de Paul Kennedy- supera los gastos de defensa del resto de los países juntos.

Este presupuesto alcanza aproximadamente a los 410.300 millones de dólares y significa una disponibilidad de 1.099 millones de dólares por día para gastos de seguridad, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, entre las que se destaca el programa de defensa misilístico por 9.100 millones de dólares. Esto implica que las inversiones de defensa de la principal superpotencia superan a los gastos efectuados por el resto del mundo, algo que nunca había ocurrido antes.

Estados Unidos domina también el mercado internacional de armas. Es líder mundial en exportaciones y en producción de material bélico. Más del cuarenta por ciento de las cien mayores empresas de defensa del mundo son norteamericanas. Cuatro de las cinco empresas principales del mundo –Lockheed, Martín, Boeing, Northrop Grumman y Raytheon- son de esa nacionalidad. Estados Unidos fue el primer proveedor de armas convencionales del mundo de 1996 a 2003, con envíos por valor de 151.900 millones de dólares totales y una media anual de 1.900 millones.

Estados Unidos es también el mayor exportador de armas pequeñas, armas ligeras y munición del mundo. En 2001, sus exportaciones en este rubro fueron por un valor de 741 millones de dólares. Los productos exportados fueron principalmente armas pequeñas y ligeras militares, munición para armas pequeñas, pistolas, revólveres y fusiles deportivos y de caza.

Es cierto que en el Imperio Español del siglo XVI no se ponía el sol, pero la Casa de Austria nunca tuvo un efectivo control de sus posesiones en América o el Pacífico Sur. Finalmente, los españoles fueron incapaces de impedir la apropiación de sus territorios americanos por parte de los ingleses, franceses, holandeses o portugueses.

Es cierto que la Gran Bretaña reino sobre las olas de los océanos en los siglo XVIII y XIX , pero como potencia marítima fue incapaz de defender con eficacia sus intereses cuando estos se situaban en el corazón de las masas continentales. Cuando potencias continentales –como Francia o Alemania- desafiaron su hegemonía, los británicos debieron recurrir a la formación de alianzas militares para neutralizarlos. Precisamente, Gran Bretaña creó la estrategia del balance de poder para compensar sus falencias como potencia hegemónica.

Los Estados Unidos por el contrario han desarrollado su poderío hasta un punto tal que pueden enfrentar a cualquier estado de la Tierra por sí sólo con la casi certeza de que se impondrán en la contienda.

No sólo tienen la capacidad militar para controlar las masas continentales y los océanos. También es capaz de controlar los fondos marinos incluso situados por debajo de los hielos del Ártico.

Sus satélites militares no sólo son capaces de controlar desde el espacio el desplazamiento de personas y vehículos en cualquier punto del mundo. También predicen el clima, estiman la producción agrícola de otros países y controlan las actividades nucleares de otros estados. Estos satélites estadounidenses son capaces incluso de abatir blancos en el espacio, tales como otros satélites o proyectiles balísticos.



2. EL GRAN HERMANO GLOBAL

Para controlar las comunicaciones mundiales los Estados Unidos se valen de la denominada Red Echelon -término en inglés que significa "escalón"- más conocida como "la gran oreja". Esta Red esta conformada por un entramado de antenas, estaciones de escucha, radares y satélites, apoyados por submarinos y aviones de inteligencia, unidos todos esos elementos a través de bases terrestres, y cuyo objetivo declarado es controlar las comunicaciones mundiales para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado transnacional. Entre las comunicaciones vigiladas se encuentran correos electrónicos, faxes, comunicaciones por cable, satelitales, conversaciones telefónicas nacionales, etc.

Los orígenes de la "Red Echelon" se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos y Gran Bretaña crearon un sistema conjunto de sigint denominado "UKUSA", término resultante de la unión de las siglas "UK" –United Kingdom- y USA –United States of America-. A este entramado se le fueron uniendo países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda. En menor medida, también participaron Francia y Alemania aunque poco después se distanciaron del proyecto.

El nacimiento en concreto de la "Red Echelon" como tal, se produjo recién en 1977, cuando satélites de inteligencia y estaciones de escucha fueron capaces de interceptar los satélites de comunicaciones de las redes satelitales "Inmarsat" –conjunto de estaciones costeras, estaciones móviles y nueve satélites destinados a la comunicación entre embarcaciones y otro tipo de vehículos- e "Intelsat" –red de satélites de comunicación telefónica mundial, compuesta actualmente por 25 satélites-.

El sistema de inteligencia sobre las comunicaciones –sigint- se basa en la escucha de las comunicaciones por medio de "sniffers" y su posterior filtrado. Este proceso se centra en la identificación de palabras clave previamente fijadas en inmensos diccionarios. Estas palabras pueden pertenecer tanto a textos como a voces reales y ser pronunciadas y /o escritas en varios idiomas –inglés, castellano, francés, chino, japonés, etc.- El sistema informático posee por lo tanto potentes "olfateadores" y programas de reconocimiento de voz. Se estima que puede analizar 2.000 millones de mensajes en una hora.

Primeramente se definen las palabras clave, como por ejemplo bomba, Busch, atentado, droga, Osama Bin Laden, Fidel Castro, etc. Siempre definidas en varios idiomas. Se pasa entonces a analizar las comunicaciones mundiales. Se estima que el poder de captación alcanza al 90% de las mismas, si bien se cree que este porcentaje sólo afecta a las comunicaciones de internet. Considerando que casi todas las comunicaciones vía internet mundiales, independientemente de dónde se produzcan, pasan por nodos de comunicación de los Estados Unidos y por nueve puntos de control de la National Security Agency.

En el momento en que se detecta una comunicación conteniendo o bien palabras clave o bien ciertas combinaciones de ellas (por ejemplo: "bomba", "gobierno", "atentado", en el mismo mensaje), el sistema informático comienza a ser monitoreado y grabado. Esta comunicación es entonces clasificada y enviada a distintos centros de análisis. Dependiendo del origen y fecha de la comunicación es clasificada utilizando un número codificado. Se transcribe, descifra, traduce y guarda entonces como un informe más o menos extenso.

Estos informes reciben un código dependiendo del grado de secreto otorgado al mismo: "Morai" equivale a secreto. Después le siguen los códigos "Spoke" –más secreto-. "Umbra" –alto secreto-, "Gamma" –comunicaciones rusas- o "Druid" –destinado a países no miembros de la red.

Después se asigna otro código más relacionado con cada una de las agencias de seguridad dependiendo de a que organismo es reenviado el informe a través del sistema central de la red UKUSA, denominado "Platform".

Si se evalúa que es una transmisión potencialmente peligrosa para los intereses de los estados que componen la Red Echelon los participantes de esa comunicación pasarán a constituir un posible blanco de inteligencia y sus comunicaciones y acciones son controladas a partir de entonces, en mayor o menor medida, dependiendo de distintas consideraciones que los responsables crean oportunas.

Muchos gobiernos, organizaciones y personas sospechan que la Red Echelon proporciona también información económica que es aprovechada por las empresas estadounidenses para aventajar a sus eventuales rivales en las transacciones financieras.

Esta capacidad convierte al gobierno de los Estados Unidos en una suerte de gran hermano orweliano que controla la vida y las opiniones de todo tipo de personas a lo largo del mundo. Tamaño poder sin duda habría hecho las delicias de los grandes tiranos del pasado, en especial Adolfo Hitler y José Stalin.


3. PRESENCIA MUNDIAL

Este gran poder de observación se potencia con un amplia despliegue de medios militares por todo el mundo. El personal militar norteamericano está presente en 135 estados de los casi 190 que forman la ONU. Esto significa que las tropas norteamericanas se encuentran presentes en el 70% de los países del mundo. El número de miembros de las fuerzas armadas estadounidenses destacados en cada país donde no tiene lugar un conflicto militar va desde uno en Malawi hasta 74.796 en Alemania.

Conforme el anuario del Departamento de Defensa "Base Structure Report", correspondiente al año 2003, que detalla el patrimonio inmobiliario de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, el Pentágono tiene en propiedad o alquiler 702 bases situadas en 130 países. Estas instalaciones albergan a 253.288 efectivos militares y un número similar de funcionarios civiles del Departamento de Defensa, contratistas de empresas de servicios militares –es decir, mercenarios- familiares y hasta 44.446 extranjeros contratados en su mayoría ciudadanos de los países donde se asientan estas bases.

No obstante, lo impresionante de estas cifras, las mismas parecen haber sido manipuladas para disminuir su impacto. Por ejemplo, el documento sólo dedica un punto a las diez instalaciones del Cuerpo de Infantería en la isla de Okinawa, Japón, incluyendo la base aérea de la Infantería de Marina de Futenma que ocupa 120.000 m2. Tampoco se consigna en el informe la red de unidades de inteligencia y otras instalaciones militares que los EE. UU. poseen en el Reino Unido, posiblemente porque técnicamente se los considera como pertenecientes a la Real Fuerza Aérea Británica. Existen otros muchos ejemplos de instalaciones militares que han sido omitidas del informe elaborado por el Departamento de Defensa. Esto permite suponer que el número real de instalaciones militares estadounidenses en el mundo se aproxima al millar.


4. EL DOMINIO INVISIBLE

Al abrumador poderío militar que revelan las cifras precedentes, a la capacidad de vigilar y controlar territorios y hasta la vida privada de quienes los habitan los Estados Unidos suman otro potencial. Tal como señala James Petras: "Los Estados Unidos todavía marchan al frente en el porcentaje de corporaciones multinacionales entre las 500 más importantes, (casi el 50 por ciento) si se compara con Europa, Asia y el resto del mundo; en varios sectores importantes como la tecnología de la información, finanzas y la aeronáutica, Estados Unidos es la potencia dominante.

Estados Unidos es líder mundial en materia de inversiones en el campo de la investigación y desarrollo y ocupa un lugar cimero en el crecimiento de la productividad".

En la mayoría de las ocasiones el poderío americano, en el campo económico y científico tecnológico, se ejerce por medios sutiles, casi imperceptibles, pero no por ello menos eficientes. Por la naturaleza casi invisible en que este poder es ejercido parece importante señalar algunos ejemplos.

En el ámbito económico, por caso, la opinión de Washington es tomada muy en consideración por los organismos financieros internacionales al momento de otorgar nuevos créditos o llevar a cabo cualquier tipo de negociaciones con un país.

El gobierno americano influye también sobre el monto y el destino de las inversiones que realizan las empresas de esa nacionalidad. Recordemos que esas empresas y bancos suelen ser las mayores en cada rubro en el mundo. A comienzos de la década de 1990, por ejemplo, el presidente George Bush, alegando cuestiones de preservación de la naturaleza, convenció al gobierno de Japón de no financiar la construcción de una ruta, a través de la Amazonia, uniendo el Brasil al Perú, de gran importancia por unir la región al Océano Pacífico.

El gobierno norteamericano también orienta la actividad de las grandes agencias internacionales de información. Las agencias noticiosas o bien son de capital norteamericano o su propiedad pertenece a países estrechamente aliados a Washington. En esta forma la Casa Blanca puede ejercer su influencia para dar mayor cobertura a los problemas que enfrenta un gobierno desafecto a los Estados Unidos o para que se disimulen la falta de democracia y hasta las flagrantes violaciones a los derechos humanos cometidos por un gobierno amigo.

Es más, suele ser la prensa norteamericana y las organizaciones de derechos humanos con sede en ese país quienes realizan una suerte de "control de calidad" de la democracia, los derechos humanos y la corrupción en todo el mundo.

Desde las cadenas televisivas y las empresas cinematográficas norteamericanas llegan a la psiquis de los espectadores de todo el mundo los sutiles –o no tan sutiles- mensajes propagandísticos de apoyo a las políticas norteamericanas. Hollywood siempre ha traducido la política exterior americana en una suerte de lucha del bien contra el mal.

El héroe americano –desde John Wayne a Sylvester Stallone-, respondió a arquetipos bien definidos. Podía ser un audaz cowboy luchando por llevar el progreso al salvaje Oeste, Rambo luchando por la democracia en Vietnam o junto a sus aliados afganos, o el agente de la CIA Jack Ryan enfrenando a terroristas y narcotraficantes para salvar el estilo de vida americano, la democracia y porqué no al mundo entero.

Pero más interesantes que los héroes de historieta que muestra la cinematografía americana son los villanos. Los malos cambian de acuerdo a las necesidades del momento. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial fueron los nazis y los japoneses. Luego vinieron tenebrosos orientales: crueles coreanos y vietnamitas. El tiempos de la Guerra Fría eran los pérfidos espías soviéticos y centro europeos. Con el fin de la Guerra Fría los villanos pasaron a ser narcotraficantes y los estrafalarios dictadores latinoamericanos. Hoy están de moda como "malos" los fanáticos terroristas islámicos.

Es indudable que los norteamericanos cumplieron un papel destacadísimo en el desarrollo del cine y la televisión. Convirtiendo a este arte en la expresión cultural más original del siglo XX. Paralelamente han sabido reconocer y aprovechar su versatilidad como instrumento político. A través del cine y la televisión el ideal de vida norteamericano, sus valores e instituciones se convirtieron en modelo a imitar por las sociedades de todo el mundo. Es lógico que una industria cultural capaz de provocar tal impacto sobre su auditorio despertara la tentación de realizar un aprovechamiento político de la misma.

Sin embargo, el mayor poderío de los Estados Unidos se revela en el campo científico – tecnológico. El gobierno norteamericano decide que países pueden recibir que tipo de tecnología. En el mundo global un país privado de tecnología de punta jamás podrá aspirar a posiciones protagónicas. Recordemos la importancia vital que el "bloque tecnológico" tuvo en la declinación de la Unión Soviética y finalmente en su derrota durante la Guerra Fría.

Además, como las patentes tecnológicas y los productos norteamericanos son componentes vitales como productos finales fabricados y vendidos por empresas de otra nacionalidad el poder de veto de Washington, a través del US International Traffic in Arms Regulations, se amplia considerablemente. Veamos un ejemplo: En 2005, el gobierno venezolano del presidente Hugo Chávez adquirió a la firma española de defensa EADS-CASA diez aviones C-295.

Pero, como los aparatos empleaban radares, sistemas ópticos y otros componentes que figuraban en la lista de elementos controlados por el gobierno estadounidense trató de trabar la transacción.

EADS-CASA compró esos elementos a empresas de los Estados Unidos bajo la condición de que todos los productos finales que contuvieran estos elementos no podían ser vendidos a terceros países sin el permiso previo de Washington.

En otros casos, el control que el gobierno norteamericano tiene sobre la tecnología y las empresas que la producen le permite obtener ventajas considerables para asegurarse que esos productos no puedan ser empleados para perjudicar de alguna forma los intereses de seguridad o comerciales del país o incluso para que eventualmente no beneficien a potenciales rivales comerciales.

Como ejemplo podemos citar los acuerdos establecidos entre el gobierno norteamericano y las empresas fabricantes de impresoras láser. Según ha denunciado la Electronic Frontier Foundation, las impresoras láser de marcas tan conocidas como Xerox, Canon, Tektronix, Ricoh, Lexmark, Kyocera, Lanier, Konica, Minolta, HP, Color LaserJet, Epson y Brother estapan unos códigos de identificación sobre todos los documentos que imprimen, y esos códigos pueden ser leídos por los organismos de inteligencia de los Estados Unidos.

El acuerdo está basado en la necesidad de controlar la actividad de los falsificadores de moneda. Los códigos se imprimen en cada página y consisten en unos puntos microscópicos de color amarillo colocados en un orden determinado. Son visibles sólo por medio de un microscopio y con luz ultravioleta. En la copia queda estampada la fecha y la hora en que ha sido empleada la impresora, así como el número de serie de aparato.

Las autoridades estadounidenses han afirmado reiteradamente que los datos son únicamente empleados en la lucha contra el crimen organizado pero no puede descartarse su empleo en otros campos vinculados con la seguridad nacional del país.

Los mismo ocurre con otros equipos computarizados altamente sofisticados que emiten señales imperceptibles pero que pueden ser rastreados por los satélites de vigilancia norteamericanos permitiendo determinar su ubicación y el de las instalaciones que los contienen. Información de este tipo fue de gran utilidad durante la Operación Tormenta del Desierto y en la Guerra de Irak para determinar la ubicación y neutralización de los puestos de comando y control de iraquíes.

Para ser justos debemos señalar que procedimientos similares son empleados por todos los países industrializados. Los proveedores de tecnología –en especial de tecnologías de uso militar- suelen obtener ventajas estratégicas de sus transacciones comerciales que utilizan conforme sus intereses en el campo de la seguridad y la política internacional se lo requieren. Francia, por ejemplo, suministro al Reino Unido los códigos secretos que permitían dejar sordos y ciegos a los misiles Exocet que la Argentina había adquirido para su defensa.

La información fue entregada a requerimiento del gobierno británico, en 1982, durante el Conflicto de las Islas Malvinas, después de que uno de estos misiles disparado por un avión Super Etendard hundiera el buque inglés HMS Sheffield.

Este ejemplo, revela como los estados proveedores de armas sofisticadas pueden inutilizarlas –y de hecho lo hacen- o entregar a sus aliados los medios para hacerlo conforme se los demanden defraudando la buena de fe de sus compradores y afectando a su seguridad.

Por último, debe consignarse que el gran poderío que ejercen en forma manifiesta y encubierta los Estados Unidos se revela en su escaso acatamiento del a las principales convenciones internacionales. Estados Unidos se ha negado a suscribir tratados como la "Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar," aprobada el 10/12/1982, suscripta por 149 estados y considerada internacionalmente como la "constitución del mar".

También se opone a la "Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático", de 1992, al Tratado sobre Prohibición de Minas Terrestres, al Tratado para la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, ha bloqueado los esfuerzos internacionales para prohibir los ataques biológicos y a la militarización del espacio exterior, y se opone a la creación de la Corte Internacional Penal Permanente, etc.


5. SEGURIDAD PREVENTIVA

Al menos en teoría, el nuevo despliegue norteamericano, basado en la Doctrina de Seguridad Preventiva, se fundamenta en la necesidad de combatir el terrorismo internacional, la proliferación de armas de destrucción masiva, el narcotráfico, el crimen organizado y para asegurar el cumplimiento de las cláusulas de propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio

Por lo tanto, ha desaparecido toda posibilidad del balance estratégico que caracterizó el período anterior, sin haber sido reemplazado aún por otro mecanismo.

El predominio estratégico de los Estados Unidos se hizo más evidente a partir de los cambios en la política de defensa y seguridad norteamericana tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. A partir de ese momento, los Estados Unidos han redefinido sus intereses vitales haciendo depender su seguridad nacional de la seguridad y estabilidad del sistema internacional.

En octubre de 2002, el documento denominado "The National Security of the United States of America" dado a conocer por la Administración Bush, acentuó la predisposición de los Estados Unidos para el empleo de su potencial militar en forma unilateral y aún de modo preventivo.

La doctrina de la "seguridad preventiva" marca una transformación fundamental en los preceptos de seguridad que han orientado la política exterior de los Estados Unidos a lo largo del siglo XX.

A partir de esta nueva doctrina, los Estados Unidos abandonan la tradición de actuar en los grandes conflictos bélicos como líderes de coaliciones multinacionales. Esta fue la forma en que los americanos se involucraron en la Primera y Segunda Guerra Mundial y, en menor medida, en los conflictos de Corea (1950 – 1953) y Vietnam (1965 – 1975) y en la más reciente "Guerra del Golfo" (1991).

Norteamérica ha alcanzado tal estructura estratégica que sus planificadores militares se consideran en capacidad de enfrentar en forma simultánea hasta cinco conflictos de similar envergadura que la "Operación Tormenta del Desierto".

Otro importante cambio en la política de defensa y seguridad es el anuncio de que "Estados Unidos actuará contra las amenazas emergentes antes de que ellas estén completamente formadas" y que "en el nuevo mundo que hemos entrado el único camino para la paz y la seguridad es el camino de acción" –a diferencia del camino anterior basado en la disuasión-.

El aspecto medular de la nueva política estadounidense radica en la acción preventiva de destruir las amenazas "antes de que alcancen nuestras fronteras". Estados Unidos no dudará en actuar sólo si lo considera necesario en el ejercicio de su autodefensa. Así abandona también la tradición de actuar sólo después de ser atacado.

En 1898, la voladura del acorazado "Maine" –y la muerte de 400 marinos norteamericanos- fondeado en la bahía de La Habana brindó el pretexto para la intervención norteamericana en la Guerra de Cuba.

En abril de 1917, el presidente Wilson no se dejó tentar por la provocación que significaba la declaración alemana de "guerra submarina a ultranza" y el imprudente "telegrama Zimmermann" para introducir a los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. El presidente aguardó al "incidente manifiesto" provocado por los submarinos alemanes al hundir cuatro buques norteamericanos, con la consiguiente perdida de vida de sus tripulantes, antes de declarar la guerra a las potencias centrales.

En la misma forma procedió el presidente Franklin D. Roosevelt. Hasta 1941, los Estados Unidos y las Indias Orientales Holandesas –actualmente Indonesia- eran los principales proveedores de petróleo que tenía Japón. Cuando el gobierno japonés invadió el sur de Indochina en julio de 1941, Gran Bretaña, las Indias Holandesas y Estados Unidos decretaron inmediatamente un embargo sobre las exportaciones de petróleo a la Isla. Con las reservas de petróleo próximas a agotarse, Japón tomó la decisión de lanzar un ataque sorpresa sobre la base naval norteamericana de Pearl Harbour, en diciembre de ese año. Así el presidente norteamericano encontró la justificación perfecta para movilizar a la opinión pública de su país a intervenir en la Segunda Guerra Mundial.

Harry Truman, en 1950, esperó a que las tropas de Pyong Yang cruzaran el paralelo 38 para lanzar a las tropas norteamericanas a "contener" el avance comunista en Corea. Incluso en Vietnam, el presidente Johnson dudó en involucrar directamente a las fuerzas norteamericanas hasta el incidente de la Bahía de Tonkin en agosto de 1964. Más recientemente, el presidente George Bush decidió atacar a Irak sólo después de que Saddam Hussein invadió al emirato de Kuwait en 1990. Incluso la lucha abierta contra el terrorismo y la invasión de Afganistán para destruir las bases de Al Qaeda, son una respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Al proceder en esta forma los gobiernos estadounidenses han despertado muchas críticas y aún sospechas. Aquellos partidarios de interpretar a la historia como producto de oscuras maquinaciones y perversas conspiraciones. Por ejemplo, sostienen que estos hechos constituyen una evidencia de la actividad conspirativa de los grandes capitales norteamericanos.

Para los partidarios de la "teoría conspirativa de la historia" los verdaderos dueños del poder económico y político en los Estados Unidos apelan a estos procedimientos para involucrar al pueblo norteamericano en conflictos bélicos que sirven principalmente a sus intereses particulares y corporativos.

Por lo tanto, no dudan en afirmar, como lo hace Michael Moore en Fahrenheit 9/11, que los atentados al World Trade Center y al Pentágono constituyeron la justificación perfecta para que la Administración Bush desatara una campaña militar en Medio Oriente, bajo la argumentación de la "guerra contra el terrorismo". La presencia militar estadounidense en el mundo árabe le permite controlar el sesenta y dos por ciento de las reservas petroleras del mundo.

No obstante, la "doctrina de la retaliación" parece ser algo del pasado. La capacidad militar y de influencia de los Estados Unidos se han incrementado tan desmesuradamente que ha "desbalanceado" al sistema internacional. Washington cada día depende menos de justificaciones morales o del conjunto internacional para involucrarse en conflictos bélicos. Su seguridad ha dejado de depender de la conformación de grandes coaliciones interestatales para alcanzar sus objetivos.

En la era global los Estados Unidos tienen mayor poder y mayor autonomía. En consecuencia, la Casa Blanca puede encarar en forma unilateral la resolución de los conflictos por los medios que estime como más eficaces.

Esta combinación de "unilateralismo" y "acción preventiva" no puede dejar de despertar en los pueblos del tercer mundo el temor de un resurgir de la política del "big stick" cuando el presidente Tedy Roosevelt defendía los intereses norteamericanos enviando cañoneras y "marines" para sancionar a cualquier gobierno que pretendía defender sus economías del atropello imperial. Ayer -como hoy-, "la política de las cañoneras" se llevaba a cabo sin ninguna consideración por el derecho internacional y los derechos humanos de las poblaciones que recibían en forma directa los efectos de la violencia imperialista. Así lo confirma Natalio R. Botana cuando afirma: "la guerra preventiva es entonces un instrumento propio de superpotencias solitarias o de dirigentes que no han abandonado el designio de actuar en el mundo con reflejos imperiales".

La política de la acción preventiva ha recibido fuertes críticas incluso en los Estados Unidos. El ex candidato presidencial demócrata y ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, señaló que esta doctrina es contraria al artículo 51 de la carta de las Naciones Unidas y alertó sobre el efecto de demostración e imitación que puede producir esta doctrina.

"Si otras naciones –dijo Gore- hacen valer el mismo derecho, entonces las reglas del derecho rápidamente serán reemplazadas por el reinado del miedo. Cualquier nación que perciba circunstancias que pueden eventualmente llevar a una amenaza inminente podría justificar bajo esta aproximación una acción militar contra la nación". En consecuencia, la aplicación de la misma doctrina por otras naciones para resolver sus conflictos, como por ejemplo India con relación a Pakistán o China con relación a Taiwán podría conducir directamente a la destrucción del sistema internacional.

Se observa ahora una situación de poder general difuso, el cual es ejercido en forma hegemónica por los Estados Unidos pero al cual resisten, en forma más o menos ostensible, múltiples actores regionales actuando en diversos campos y operando con múltiples atributos.

Esta situación ha introducido un fuerte ingrediente de incertidumbre en la evolución de los asuntos mundiales, debido al cual es difícil anticipar estratégicamente tanto los acontecimientos como sus consecuencias, generando así condiciones contextuales más riesgosas y menos previsibles.

Es cierto también que, al menos hasta el momento, los Estados Unidos han empleado su inmenso poder militar con gran prudencia. Aunque difícilmente esta apreciación sea compartida por los vietnamitas, afganos o iraquíes, lo cierto es que los líderes estadounidenses ha intentado reducir las ocasiones en que impone sus intereses nacionales a otros pueblos por medios militares.

En este sentido es bueno recordar las palabras de un líder conservador inglés, reflexionando hace medio siglo sobre el monopolio nuclear en manos de los Estados Unidos. Decía en ese entonces Winston Churchill: "Nadie, en ningún país, ha perdido el sueño debido a que ese conocimiento –el de la bomba atómica- y el método y las materias primas para aplicarlo estuvieran actualmente en manos americanas".

"No creo que hubiéramos dormido tranquilos, si la situación hubiera sido al revés y algún estado comunista o neocomunista hubiese monopolizado estos aterrorizantes instrumentos".

Es difícil creer o afirmar que el mundo es un lugar mejor o más pacífico porque los Estados Unidos han alcanzado un abrumador poderío militar.

Pero lo que si resulta indudable es que el mundo sería un ámbito mucho más inseguro, inestable e injusto si este apabullante poderío militar estuviera en manos de gobiernos totalitarios que se guiaran por el mesianismo racista, religiosos o ideológico o por el oportunismo propio de la demagogia populista.

De allí el temor que en muchos despiertan las declaraciones de los líderes norteamericanos cuando asimilan a los conflictos de intereses que mantienen con otros gobierno como una contienda entre el bien y el mal. Este tipo de comparaciones terminan pro conducir a una suerte de demonización del adversario. Si un gobierno o un dirigente es la encarnación de el mal sobre la tierra cualquier tipo de medida que se adopte contra él estará justificada. Por otra parte con el mal no se discute, negocia o acuerda. El mal sólo puede ser erradicado de la faz de la tierra.

En el pasado cada vez que una nación acumulaba un poderío considerablemente superior al de otras naciones inmediatamente lo utilizaba para construir un vasto imperio colonial. Esta no ha ocurrido con los Estados Unidos

Si bien la hegemonía norteamericana en los ámbitos políticos, económicos, científicos tecnológicos y culturales son evidentes. Por más que algunos señalen que, en el caso norteamericano, la antigua dominación militar y la apropiación territorial han sido reemplazados por influencias y presiones políticas, comerciales o financieras. Lo cierto es que por muy humillantes y molestas que puedan resultar las imposiciones de Washington en estos campos son siempre preferibles a la dominación militar.

Podríamos decir, con mucha prudencia, que proporcionalmente a su poderío el Imperio Americano ha sido menos dominante y avasallante que otros imperios que ha conocido la humanidad. Pero una constante histórica señala que los imperios tarde o temprano terminan por imponer su poderío y su cultura atropellando los derechos, la libertad y la cultura de los pueblos más débiles.

Precisamente, el desafío que la aparición del Imperio Americano plantea al sistema internacional no consiste en que este se encuentre inspirado por peligrosas ideologías o creencias religiosas o raciales. La irrupción del Imperio Americano entraña riesgos no tanto por su naturaleza política sino por sus dimensiones. Al tratarse del primer imperio global de la historia, su sola presencia y la amplitud de sus intereses no pueden dejar de afectar de alguna manera a la totalidad de los actores estatales.

Por marginal que sea la posición geohistórica de un Estado no podrá escapar a la influencia de los Estados Unidos. Seguramente tendrá algún recurso estratégico de interés para la economía norteamericana, o revestirá algún interés estratégico, turístico, ecológico, cultural o humanitario. Casi con certeza habrá ciudadanos estadounidenses interesados en conocer a ese país o nacionales de ese Estado deseosos de visitar o radicarse en el territorio estadounidense. Siempre habrá algún tema factible de generar algún tipo de disenso: alguna patente perteneciente a empresas americanas, la actividad de algún grupo considerado peligroso por Washington o su gobierno aplicará en el marco interno políticas que a criterio de Estados Unidos impliquen violaciones a los derechos humanos o estará interesado en adquirir algún tipo de armamento que el gobierno americano considere potencialmente peligroso para su interpretación de la paz mundial, etc.

Aún cuando los Estados Unidos tengan el firme propósito de no intervenir en los asuntos internos de otros países, la globalización y la proyección de sus intereses en el mundo lo obligan a hacerlo.


6. Resumiendo

En una era de globalización la potencia rectora del momento se constituye –aún contra su voluntad- en un Imperio Global. Este es el rol que le ha tocado en suerte desempeñar a los Estados Unidos en la actual coyuntura histórica.

El Imperio Global no puede evitar tener intereses también globales, especialmente en el ámbito de la seguridad. Los intereses del Imperio Global son tan amplios que suelen entrar en colisión con los intereses de múltiples actores nacionales, regionales u organizacionales generando tensiones que afectan al sistema internacional en su totalidad.

Estas tensiones no se originan por la implementación de una política determinada o por la naturaleza ideológica del Imperio Global sino especialmente por sus dimensiones. Un Estado cuyos intereses abarquen la casi totalidad del planeta siempre despertará la oposición y hasta la hostilidad de otros actores internacionales sean estos tanto gubernamentales como no gubernamentales. Muchas de estas tensiones no podrán ser resueltas por vía de las negociaciones y el consenso. Por lo tanto terminarán involucrando el empleo de alguna forma de presión, disuasión o incluso del instrumento militar.

No obstante, no parece posible que, al menos durante las próximas dos décadas, ningún Estado o coalición de Estados sea capaz de desafiar con éxito el predominio norteamericano, tanto en el campo militar, económico o científico – tecnológico.

En consecuencia el principal desafío que la existencia de un Imperio Global plantea al sistema internacional es la existencia de un actor cuyos intereses afectarán –en mayor o menor medida- a todos los otros actores del sistema.


Por

ADALBERTO C. AGOZINO

Doctor en Ciencia Política. Profesor titular de la Cátedra de Seguridad en el Curso de Estado Mayor de la Escuela Superior de Gendarmería Nacional de Argentina. Director del Curso de Postgrado en Investigación del Crimen Organizado en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina. Su último libro publicado es "Megatendencias en Seguridad Internacional". Ed. Abaco. Bs. As. 2005.