Libro: Body of Secrets sobre Operación Northwoods (2)

Aquí continuamos con los textos relacionados a la Operación Northwoods en el libro Body of Secrets. Viene de aquí.



Este documento puede ser visto aquí (.pdf) y la noticia aquí (en inglés)

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Para entonces McNamara no tenía prácticamente ninguna confianza en su jefe militar y rechazaba casi cada oferta que el general le enviase. Los rechazos se hicieron tan rutinarios, dijo uno de los antiguos oficiales del estado mayor de Lemnitzer, que este empleado dijo al general que la situación ponía los militares en "una penosa situación." Pero Lemnitzer contestó, "soy el oficial militar mayor - es mi trabajo estipular lo que creo y es su trabajo [de McNamara] el aprobar o desaprobar." "La arrogancia de McNamara es asombrosa," comentó el ayudante de Lemnitzer, quién no sabía nada de la Operación Northwoods. "Trató al General Lemnitzer con indiferencia y como si fuese un niño en edad escolar. El general se puso firme cuando él entró en el cuarto. Todo era 'Sí, señor' y 'No, señor.'"

En el período de unos meses Lemnitzer fue rechazado para un segundo término como el presidente de JCS y fue transferido a Europa como el jefe de la OTAN. Años más tarde el Presidente Gerald Ford designó a Lemnitzer, un querido de la derecha Republicana, al Consejo Consultivo de Inteligencia Extranjera de la Presidencia. El jefe sobre Cuba de Lemnitzer, el General de Brigada Craig, también fue transferido. Promovido al general mayor, pasó tres años como jefe de la Agencia de Seguridad de Ejército, el brazo militar de la NSA.

A causa del secreto y la ilegalidad de la Operación Northwoods, todos los detalles permanecieron escondidos durante cuarenta años. Lemnitzer puede haber pensado que todas las copias de los documentos relevantes habían sido destruidas; no iba a dejar material comprometedor por ahí. Después del fracaso de Bahía de Cochinos, por ejemplo, le pidió a General de Brigada David W. Gray, precursor de Craig como el jefe del proyecto Cuba en el JCS, destruir todas sus notas acerca de acciones y discusiones de los Jefes Conjuntos durante aquel período. Las meticulosas notas de Gray eran los únicos archivos oficiales detallados de lo que pasó dentro del JCS durante aquel tiempo. Según Grey, Lemnitzer temía una investigación del Congreso y por lo tanto quiso ver destruida cualquier prueba incriminatoria.

Con las pruebas destruidas, Lemnitzer se sintió libre de mentirle al Congreso. Cuando fuese consultado, durante las audiencias secretas antes el comité del Senado, si sabía de algún proyecto del Pentágono para una invasión directa de Cuba él podría decir que no. Aun así, detallados proyectos de invasión del JCS habían sido preparados mucho antes de que Kennedy fuera investido. Y proyectos adicionales habían sido desarrollados desde entonces. El planificador consumado y el hombre de detalles se volvió evasivo, encontrando repentinamente gran dificultad en recordar aspectos claves de la operación, como si había estado fuera del país durante el período. Fue un espectáculo lamentable. El senador Gore pidió que Lemnitzer fuera despedido. "Necesitamos un remezón de los Jefes de Estado Mayor Conjuntos," dijo. "Necesitamos desesperadamente un nuevo director, así como nuevos miembros." Nadie tenía idea alguna de la Operación Northwoods.

Como tantos documentos fueron destruidos, es difícil determinar cuantos altos funcionarios eran conscientes de la Operación Northwoods.

Como ha sido descrito, el documento fue firmado y totalmente aprobado por Lemnitzer y el resto de los Jefes Conjuntos y se dirigió al Secretario de Defensa para su firma. Si esto fue más allá de McNamara al presidente y al ministro de justicia no se sabe. Incluso después de que Lemnitzer perdió su trabajo, los Jefes Conjuntos siguieron planeando operaciones "de pretexto" al menos hasta 1963. Entre sus propuestas estaba un plan para crear deliberadamente una guerra entre Cuba y cualquiera de sus vecinos latinoamericanos. Este daría a los militares de los Estados Unidos una excusa para ponerse del lado adversario a Cuba y deshacerse de Castro. " Un ataque 'cubano' ficticio contra la OEA (Organización de Estados Americanos) podría ser montado," decía una propuesta, "y el estado atacado podría ser impelido a 'tomar medidas de autodefensa y solicitar ayuda de los Estados Unidos y la OEA; los Estados Unidos podrían obtener casi seguramente el necesario apoyo de dos terceras partes de los miembros de la OEA para una acción colectiva contra Cuba."

Entre las naciones ellos sugirieron que los Estados Unidos atacasen en secreto estaban Jamaica y Trinidad-Tobago. Ambos eran miembros del Commonwealth Británico; así, por medio de un ataque encubierto y luego culpando a Cuba falsamente, los Estados Unidos podrían atraer a Inglaterra en la guerra contra Castro. El informe notó, "Cualquiera de las situaciones artificiales descritas anteriormente es intrínsecamente muy arriesgada en nuestro sistema democrático en el cual la seguridad puede ser mantenida con gran dificultad. Si la decisión fuese a ser tomada para crear una situación artificial, debería ser una en la cual la participación de personal estadounidense se limitase sólo a personal encubierto de la más alta confianza. Esto sugiere la imposibilidad de usar unidades militares para cualquier aspecto de la situación montada." El reporte incluso sugería el pagar en secreto a alguien en el gobierno de Castro para que atacase a los Estados Unidos: " La única área que permanece para consideración entonces sería el sobornar a uno de los comandantes subordinados de Castro para iniciar un ataque contra (la base naval estadounidense en) Guantánamo. "

El acto sugerido - sobornar a una nación extranjera para lanzar un violento ataque contra una instalación militar norteamericana - es traición. En el mayo de 1963, el Subsecretario de la Defensa que Paul H. Nitze envió un plan a la Casa Blanca que proponía "un posible escenario en el cual un ataque contra un avión de reconocimiento de los Estados Unidos podría ser explotado para lograr el fin de causar la caída del régimen de Castro." En el caso que Cuba atacase un U-2, el plan proponía enviar a pilotos norteamericanos adicionales, esta vez en peligrosas e innecesarias misiones de reconocimiento a baja altura, con la expectativa que ellos también fuesen derribados, provocando así una guerra. "Los Estados Unidos podrían emprender varias medidas diseñadas para estimular a los cubanos a provocar un nuevo incidente," decía el plan. Nitze, sin embargo, no se ofreció para ser uno de los pilotos. Una idea implicaba enviar a aviones de combate a lo largo de la isla en misiones de "reconocimiento de hostigamiento" y de "fanfarronada" "alardear nuestra libertad de la acción, esperando mover los militares cubanos a la acción." "Así", decía el plan, "dependiendo sobre todo en si los cubanos eran o podrían ser convertidos en gatillos fáciles, el acontecimiento del derribo inicial de un avión de reconocimiento podría conducir a lo más a la eliminación de Castro, quizás al retiro de tropas soviéticas y la instalación de inspección terrestre en Cuba, o al menos a nuestra demostración de firmeza en el reconocimiento."

Aproximadamente un mes más tarde, un vuelo a baja altura fue realizado a lo largo de Cuba, pero lamentablemente para el Pentágono, en vez de balas esto produjo sólo una protesta.

Lemnitzer era un peligroso - quizás hasta desequilibrado – extremista de derecha en una posición extraordinariamente sensible durante un período crítico. Pero la Operación Northwoods además tenía el apoyo de cada miembro de los Jefes de Estado Mayor Conjuntos, y hasta el alto funcionario del Pentágono Paul Nitze argumentó en favor de la provocación de una guerra falsa con Cuba. El hecho que los mayores miembros de todos los servicios y el Pentágono estuviesen tan lejos de la realidad y el sentido de la democracia estaría oculto durante cuatro décadas.

Retrospectivamente, los documentos ofrecen la nueva visión del pensamiento de los altos mandos. Aunque nunca tuvieran éxito en lanzar a Norteamérica en una guerra falsa contra Cuba, pudieron haberlo hecho así con Vietnam. Más de 50,000 norteamericanos y más de 2 millones de vietnamitas eventualmente murieron en aquella guerra.

Se ha sospechado por mucho tiempo que el incidente del Golfo de Tonkin, en 1964 - la chispa que condujo a la larga guerra de Norteamérica en Vietnam - fue en gran parte organizado o provocado por funcionarios estadounidenses a fin de aumentar el apoyo del Congreso y público a la participación norteamericana. A través de los años, serias preguntas han sido levantadas sobre el presunto ataque por patrulleros norvietnamitas a dos destructores norteamericanos en el Golfo. Pero los defensores del Pentágono siempre han negado tales cargos, argumentando que los altos mandos nunca se involucrarían en un engaño de ese tipo. Ahora, sin embargo, en la luz de los documentos de la Operación Northwoods, está claro que engañar al público y malversar guerras para que los norteamericanos vayan a luchar y morir era la política estándar, aprobada en los niveles más altos del Pentágono. De hecho, el Golfo de Tonkin parece salido directamente del libro de trabajo de la Operación Northwoods: "Podríamos hacer estallar un barco estadounidense en la Bahía Guantananao y culpar Cuba... las listas de víctimas en los periódicos estadounidenses causarían una provechosa ola de indignación." Sólo se necesita sustituir "Bahía de Guantanamo" por "Golfo de Tonkin," y "Cuba" con "Vietnam del Norte." El incidente del Golfo de Tonkin puede o no puede haber sido un montaje, pero los mandos altos del Pentágono en ese entonces eran claramente capaces de tal engaño.


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Pgs. 300-301


McNamara sabía muy bien cuan falso este era. Los Jefes de Estado Mayor Conjuntos se habían convertido en una alcantarilla de engaños. Sólo dos años antes del incidente del Golfo de Tonkin, sus Jefes Conjuntos le habían presentado un plan para lanzar una conspiración mucho más grave que "la inducción" del ataque contra los destructores. La Operación Northwoods no solicitaba nada menos que el lanzamiento de una campaña secreta de terrorismo dentro de los Estados Unidos a fin de culpar Castro y provocar una guerra con Cuba. Más de tres años después del incidente en el Golfo, mas o menos al mismo tiempo que McNamara fingía indignación ante el comité del Senado, los Jefes Conjuntos todavía pensaban en términos de lanzar guerras "de pretexto". Entonces la idea era enviar un barco señuelo de Sigint [signal intelligence], prácticamente no tripulado, a las afueras de las peligrosas costas norcoreanas, no para recolectar inteligencia sino para actuar como un blanco fácil y provocar una respuesta violenta. Una vez que el ataque ocurriese, esto serviría como una excusa para lanzar una guerra. Estas guerras propuestas estarían ocultas durante décadas del Congreso y el público bajo sellos de clasificación y falsos argumentos de seguridad nacional.

George Ball, subsecretario de Estado durante el incidente del Golfo de Tonkin, posteriormente se alejó del lado de los escépticos. "Al presente no hay ninguna duda de que muchas de las personas que tuvieron que ver con la guerra," dijo, "buscaban cualquier excusa para empezar a bombardear... Las patrullas de 'DeSoto', el envío de un destructor al Golfo Tonkin era principalmente para provocación... Pienso que había una sensación de que si el destructor se metía en problemas, esto proporcionaría la provocación que necesitabamos." Ball no tenía ningún conocimiento de la Operación Northwoods.

Incómodos por una década de paz y alejados de la realidad, los Jefes de Estado Mayor Conjuntos estaban desesperados por una guerra, cualquier guerra. Gracias en gran parte a las provocativas patrullas de Sigint y las confusas intercepciones de la NSA, ahora tenían una.


[Traducido por Mr. Shang]