13 diciembre, 2005

Un Pésame a la Distancia

Hoy martes quiero dar mi más sentido pésame en un modo poco convencional por los inocentes niños, mujeres y hombres que han muerto hoy (ciertamente) en Irak, víctimas de las hordas de violencia que se mueven con total libertad dentro de ese país, y es que siguiendo el pensamiento de lo que dice Trancos en cuanto a la paz, "un hombre veraz no puede permanecer por mucho tiempo sin condolerse por el dolor de los demás".

Quiero hacer valedero este sentimiento en el espacio y en el tiempo, pues las atrocidades se multiplican aquí y ahora. Hacia el pasado con la invasión norteamericana del 2003, los sufrimientos del embargo tras la guerra de 1991, la represión brutal de Saddam Hussein contra sus pueblo y los Kurdos. Esto es algo que debiésemos hacer también por otros hechos del pasado como los de Qana en el Líbano en 1996, o en los campamentos de Sabra y Shatila, o por las masacres de los Balcanes en los '90 o el genocidio ocurrido en Ruanda en 1994.

Sabrán que yo vivo en un lugar en donde los sonidos de las bombas, los disparos y sus gritos de terror no llegan a nuestros oídos. Quizás por esto los corazones de la gente están ocupados solo de complacerse a si mismos en una espiral sin fin y las mentes de la gente... bueno, sus mentes están en realidad en otra parte.

Sabrán que ante tal desgarradora realidad hay unos poquísimos condolidos en mi tierra... y los corazones y mentes de estas personas están con ustedes.

Mi más sentido pésame desde un pequeño país en un lejano continente.